Entrevista
Gabriela Asturias, Premio Princesa de Girona 2025 en investigación: "El conocimiento en salud tiene que democratizarse"
La joven científica, médico y emprendedora guatemalteca ha visitado Madrid con motivo del anuncio de su distinción, que recibirá el próximo 23 de julio en una ceremonia en Barcelona
Aunque vive en California, su alma está en Guatemala, donde nació. Gabriela Ledesma es residente de psiquiatría, con enfoque en salud pública y comunitaria, en el Hospital de Stanford (Palo Alto), adscrito a la universidad del mismo nombre. El lunes se anunció que había ganado el Premio Princesa de Girona Internacional 2025, en la categoría de investigación, por su proyecto ALMA, una plataforma de orientación en contenidos sanitarios que ha beneficiado a más de 3 millones de guatemaltecos, y que ahora está en fase de expansión. El compromiso de esta joven investigadora y emprendedora es el de transformar el acceso a la salud y la educación en comunidades vulnerables.
ALMA comenzó en la pandemia de covid y ha evolucionado hasta lo que es ahora. ¿Cómo definiría el trabajo que realizan?
ALMA es un asistente virtual basado en inteligencia artificial que nació en la pandemia para dar respuesta a la incertidumbre que creó la crisis sanitaria en 2020. Descubrimos que para ayudar a la gente a cuidar de su salud había que resolver primero sus dudas. Si solo pretendemos que hagan lo que tú dices porque tú eres el médico, el compromiso no funciona. Durante esos primeros años, nos centramos en informar sobre el virus, las medidas de prevención, las vacunas. No solo ofrecíamos respuesta a las preguntas sino información logística de donde vacunarse, y un seguimiento posterior. Como vimos que la gente estaba interesada también en otros temas, lo ampliamos a otras áreas sanitarias, y ahí es donde estamos ahora.
Entonces, ¿es una inteligencia artificial a la que se le puede preguntar cualquier tema relacionado con la salud?
Si, al principio más rudimentaria, pero ahora trabajamos con modelos más avanzados. Pero también dentro del proyecto tenemos herramientas digitales, como una webapp (tusalud.com.gt), y estamos desarrollando una app. Cada uno puede elegir como interactúa con ALMA, ya sea investigar por tu cuenta sin necesidad e interacción o preguntarle por el tema que te interese. ALMA también tiene un perfil en las principales redes sociales (@alma_respondetusalud.com.gt) donde se le pueden hacer preguntas, que se responden en público o en privado, como elija el usuario.
Habéis ayudado a más de 3 millones de personas vulnerables en estos 5 años, ¿qué es lo que más consultan?
Diría que el tema de consulta más popular es sobre vacunas, por ejemplo, sobre la del virus del papiloma humano (VPH). Preguntan si deben ponérsela, si tiene efectos secundarios, dónde deben acudir para recibirla, etc. Nosotros medimos las tendencias de los temas que son más frecuentes, y también hay muchas consultas sobre salud sexual y reproductiva, sobre salud menstrual, sobre menopausia. Las mujeres consultan más, de ahí que los temas tengan un componente femenino. También es cierto que varían dependiendo de la época del año. Ahora en Guatemala está haciendo un calor terrible, por lo que se pregunta mucho medidas de conservación de los alimentos, por gastroenteritis ligadas a virus y bacterias, entre otros. En invierno, por ejemplo, los temas más populares son las enfermedades respiratorias.
¿Y sobre salud mental?
Yo soy psiquiatra y, como ese es mi ámbito de especialización, le damos mucha importancia en nuestros proyectos y desarrollos. En 2015 cree la Fundación Desarrolla Guatemala para la Educación y Salud (Funegua), que es la que canaliza todas las iniciativas de estudio y orientación dirigidas a la población mi país. También soy directora de investigación en MiResource, una plataforma de salud mental que beneficia a más de 3,5 millones de personas en EE.UU.
El jurado te otorgó el premio por «combinar la ciencia, la salud pública y la tecnología con un enfoque inclusivo y centrado en el impacto social». ¿De dónde procede su compromiso?
Desde pequeña sentía que quería hacer algo que marcara la diferencia para la población de comunidades vulnerables en mi país. Sabía que mi vocación era estudiar Medicina y, junto al interés que me suscitaba todo lo relacionado con la tecnología, vi claro que todo ello se podía aunar para beneficiar a personas que no tienen acceso a la información en salud y, por ende, viven menos y peor. Lo que más me frustra del conocimiento sobre temas sanitarios es que parece que solo está en manos de los expertos: tienes que estudiar años y años para acceder a él, y entonces tú te conviertes en el que sabe e «instruyes» a los que no saben. Yo apuesto por democratizar esa información, porque la gente solo puede cuidarse si entiende por qué debe hacerlo.
¿Practicas con tus pacientes esa idiosincrasia?
Si, así es como yo funciono con mis pacientes. Procuro explicarles lo que les pasa de una manera que puedan entenderlo, y lo mismo con sus familiares y seres queridos. Especialmente en situaciones como un ingreso en el hospital, que suele significar algo más grave y a lo que la gente que enfrenta con mucha incertidumbre. A veces los médicos nos quejamos de que la gente a la que tratamos no hace caso a nuestras recomendaciones, pero es normal que esto pase si no nos han entendido. Yo creo firmemente en el poder de la información para la prevención.