Cambios climáticos

Geriatras advierten del riesgo de los mayores de sufrir un golpe de calor

La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (Segg) ha advertido hoy del riesgo que tienen las personas mayores de sufrir un golpe de calor ante el aumento de las temperaturas que se prevé para este fin de semana y ha destacado la importancia de una correcta hidratación. En un comunicado, la Segg ha señalado que las personas mayores responden peor a las temperaturas extremas y la sensación de sed en ellos es menor, por lo que suelen olvidarse de beber y no demandan el agua que necesitan.

Por esto, el riesgo de padecer un golpe de calor o deshidratación es mayor que en el resto de la población y este riesgo aumenta si la persona sufre sobrepeso, enfermedades crónicas o está medicado. Ante la previsión de un aumento de las temperaturas previsto para este próximo fin de semana, los geriatras han explicado que el organismo del ser humano está preparado para mantener una temperatura casi constante de unos 36-37 grados.

"Cuando la temperatura externa es elevada, y aún más si la humedad del ambiente es alta o si se está realizando algún ejercicio o actividad física, se pueden sufrir agresiones térmicas que podrían derivar en situaciones de alto riesgo para la vida", ha indicado el presidente de la Segg, José Antonio López Trigo.

El golpe de calor se produce si la temperatura corporal sobrepasa los 41 grados y el cuerpo es incapaz de eliminar el exceso de calor, entonces se produce una hipertermia el organismo no puede responder a las altas temperaturas con repercusiones tan graves que podría llevar a un fracaso orgánico irreversible. Los síntomas de la hipertermia son dolor de cabeza, sensación de boca seca y pastosa, náuseas, vómitos, mareos, escalofríos, piel seca y enrojecida, calambres musculares en brazos, piernas o vientre, desorientación, perdida de conciencia o confusión y no sudoración ante las temperaturas altas.

Además, si la temperatura exterior es muy alta y las pérdidas de líquidos no se reemplazan de forma adecuada, se produce una deshidratación, la tensión arterial desciende, aparece sensación de debilidad e incluso calambres musculares. Los geriatras han explicado que si esta situación no se corrige a tiempo y progresa, se produce la pérdida de la capacidad de sudoración y la piel presenta un aspecto seco y enrojecido, se llega a una situación de shock en la que sucede un fallo de los distintos órganos, convulsiones y coma.

Para evitarlo, es esencial la prevención de la hipertermia a través de la ingesta de líquidos aunque no se tenga sed, realizar comidas ligeras, evitar la exposición al sol cuando las temperaturas son elevadas, no realizar ejercicio ni deportes que aumenten el esfuerzo y la sudoración. Los especialistas también recomiendan mantener la casa fresca y ventilada, no permanecer en vehículos estacionados o cerrados y evitar llevar ropa ajustada, elegir tejidos ligeros, y llevar sombreros o gorras que protejan nuestra cabeza del sol.

Si se produce el golpe de calor, y mientras se espera a los servicios de urgencias, hay que intentar bajar la temperatura usando paños de agua fresca y aplicarlos en la frente, en la nuca o en los pulsos.

También es recomendable actuar como en un caso de bajada de tensión; que la persona esté tumbada, con las piernas levantadas, y hacerle beber líquidos poco a poco, por ejemplo agua con un poco de sal y azúcar, o alguna bebida isotónica.