
Incendios
Investigan los riesgos para la salud de los bomberos forestales
Están sometidos a exigencias extremas que incluyen esfuerzos físicos prolongados, exposición a altas temperaturas, inhalación de humo tóxico, deshidratación, privación de sueño y estrés psicológico

Tras la ola de incendios que ha marcado un agosto negro en España, un equipo del grupo de investigación Valfis de la Universidad de León (ULe) ha recordado este domingo la publicación de una reciente revisión científica en la que analiza los principales factores que afectan a la salud y el rendimiento de los bomberos forestales.
El estudio al que ha tenido acceso EFE, firmado por Fabio García-Heras, Jorge Gutiérrez-Arroyo, Juan Rodríguez-Medina, Belén Carballo-Leyenda, Pilar Sánchez-Collado, Gerardo Villa-Vicente y José A. Rodríguez-Marroyo, ofrece una visión integral de los riesgos físicos, ambientales y psicológicos que enfrentan estos profesionales en su labor diaria.
La revisión publicada en 'Journal of Functional Morphology and Kinesiology' destaca que los bomberos forestales están sometidos a exigencias extremas que incluyen esfuerzos físicos prolongados, exposición a altas temperaturas, inhalación de humo tóxico, deshidratación, privación de sueño y estrés psicológico.
Estos factores, especialmente intensificados durante campañas de incendios como la actual, tienen consecuencias directas sobre su salud a corto y largo plazo.
Uno de los aspectos más relevantes del estudio es el análisis del impacto del equipo de protección personal (EPP), que aunque esencial para la seguridad, incrementa la carga térmica y fisiológica.
El uso de EPP puede elevar la temperatura corporal hasta niveles cercanos al golpe de calor, reducir la capacidad de trabajo y aumentar el riesgo de lesiones.
Además, el peso del equipo, que puede superar los 20 kilos, representa hasta el 40% del peso corporal en bomberos con menor masa, especialmente mujeres, lo que agrava el riesgo de fatiga y dolor crónico.
El trabajo también aborda los efectos de la inhalación de humo, señalando que los bomberos forestales están expuestos a compuestos tóxicos como benceno, formaldehído y partículas finas, especialmente en zonas de interfaz urbano-forestal donde se queman materiales sintéticos.
Esta exposición se ha relacionado con deterioro de la función pulmonar, inflamación sistémica y mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer de pulmón.
Otro factor crítico es la deshidratación. El estudio estima pérdidas de hasta 1,5 litros de sudor por hora, lo que puede provocar desequilibrios electrolíticos, calambres, disminución del rendimiento cognitivo y riesgo de golpe de calor.
Los autores recomiendan protocolos específicos de hidratación y reposición de electrolitos antes, durante y después de las intervenciones.
La revisión también pone el foco en el sueño y el descanso, elementos fundamentales para la recuperación física y mental. Durante campañas prolongadas, los bomberos duermen en condiciones precarias, con una media de 3 a 6 horas por noche, lo que afecta su capacidad de decisión, aumenta la somnolencia diurna y eleva el riesgo de accidentes.
En el plano psicológico, el estudio documenta niveles elevados de ansiedad y estrés, especialmente tras intervenciones nocturnas o prolongadas.
El aumento de cortisol, hormona del estrés, puede tener efectos negativos sobre el sistema inmunológico, el sueño y la salud cardiovascular. Los autores proponen la incorporación de técnicas de relajación y mindfulness en los programas de salud laboral.
Finalmente, el estudio alerta sobre la alta prevalencia de lesiones y dolor crónico entre los bomberos forestales españoles, con tasas superiores al 70%.
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