Conciliación

Irene Villa: «Nadie debe privarse de disfrutar el gran regalo que es vivir»

Irene Villa, acompañada en la imagen por su hijo Carlos, tendrá a su segundo retoño el próximo mes de abril
Irene Villa, acompañada en la imagen por su hijo Carlos, tendrá a su segundo retoño el próximo mes de abrillarazon

Irene Villa acaba de poner en marcha una fundación que fomentará la integración de personas con discapacidad

Se trata del último proyecto de una larga lista, difícil de abarcar para la mayoría pero no para ella. En los últimos años, Irene Villa ha estado dando conferencias por Latinoamérica, publicó su primera novela –«Nunca es demasiado tarde, princesa»–, tuvo a su pequeño Carlos –que ya ha cumplido dos años– y en abril espera la llegada de un nuevo miembro de la familia, Pablo –«ser madre siempre ha sido nuestro sueño», afirma–. Ahora, la escritora, periodista y colaboradora de LA RAZÓN acaba de poner en marcha la Fundación Irene Villa. ¿Su objetivo? La integración de personas con discapacidad física, intelectual y sensorial a través de diferentes áreas, como el deporte, la formación y el empleo, gracias a proyectos sostenibles de integración y solidaridad. De momento, ya han gozado de su primer éxito: consiguieron recaudar 7.000 euros destinados a la Asociación Síndrome de Down del Principado de Asturias y a la Asociación Alarde.

Reconoce que llevaba «mucho tiempo» dándole vueltas a la idea. «Tengo que decir que el principal impulso fue Juan Pablo, mi marido, alguien que siempre sintió una sensibilidad especial por las personas con discapacidad», afirma Villa a este diario. De hecho, confiesa que «nos conocimos en un evento de la Fundación También, que promueve el deporte adaptado y con los que compito en Esquí Alpino Adaptado».

De momento, la Fundación Irene Villa la forman sólo seis personas, «a las que estoy eternamente agradecida por tanto trabajo. Es una organización que nace desde el agradecimiento». La integración de las personas con discapacidad no es su único objetivo: no se olvidarán tampoco de aquellos que sufren enfermedades raras. Y los niños serán objeto de su atención, «especialmente en los proyectos de deporte adaptado, ya que es fundamental que empiecen a iniciarse en cualquier práctica deportiva desde pequeños».

Apoyo a ONG

Para lograr sus objetivos, la Fundación Irene Villa apoyará la labor de otras ONG –«nos consta que están pasando por dificultades por motivos que todos conocemos», afirma–, además de asesorar a empresas y particulares «sobre las ventajas de incorporar a personas con discapacidad en sus plantillas».

Irene Villa también ve la oportunidad ahora de «fomentar los valores que siempre he defendido». Y ahora, además, tiene la oportunidad de transmitirlos a sus propios hijos. «Los valores que queremos transmitir en la fundación son los mismos que tratamos de inculcar a nuestro pequeño y al que nacerá en abril», afirma. Y es que, en su opinión, «la mejor inversión, con más rápido y beneficioso retorno para cualquier sociedad, es la educación en valores». No en vano, la misión que se han impuesto es «contagiar felicidad y alegría», un estado de ánimo «capaz de mejorar las relaciones, cicatrizar heridas y que nos devuelve el entusiasmo y las ganas de vivir». En definitiva, se trata de «sumar personas felices para evitar terribles consecuencias como las que algunos vivimos». Y es que «nadie debe privarse de disfrutar el gran regalo que es vivir, tenga o no una discapacidad o enfermedad».

Ejemplo de ello fue la primera y gratificante experiencia que Irene vivió en Asturias acompañada de personas con síndrome de Down. Para ayudarles, su fundación echó mano de imaginación y creatividad: la puesta en venta de un dulce llamado Flor Dulce de Navidad, un bollo decorado con compota de manzana y relleno de cacahuetes con miel y pasas. Querían que este dulce se convirtiera en un referente durante estas fechas navideñas, pero «visto el éxito y la peticiones que han llegado desde distintos puntos de España, no descartamos elaborar más el resto del año».

Con sólo este primer paso, se «ha conseguido dar formación a este colectivo para que puedan ampliar sus opciones laborales. Pero, además, con su participación en la elaboración de las ‘‘flores dulces’’ vivimos una gran experiencia y colaboraron además en algo que les reportó beneficios a sus fundaciones», dice. En definitiva, el primer proyecto de otros muchos que vendrán, destinados al deporte adaptado, a la formación... Irene Villa irá informando puntualmente a través de su página de Facebook.