Accidentes de tráfico

José Ebezner, mecánico, para prevenir accidentes: "Cuando llegues a un atasco gira el volante al lado del arcén"

Este movimiento, aunque parezca que no tiene importancia, puede sustituir un accidente de tráfico por un ligero susto que no atente contra nuestra integridad física

Juan José, mecánico, para prevenir accidentes: "Cuando llegues a un atasco gira el volante al lado del arcén"
Juan José, mecánico, para prevenir accidentes: "Cuando llegues a un atasco gira el volante al lado del arcén"La Razón

En la carretera, los grandes accidentes no siempre tienen su origen en maniobras temerarias o condiciones extremas. A menudo, son los pequeños gestos cotidianos los que siembran el terreno para la tragedia. Acciones como mirar un mensaje rápido en el móvil, ajustar la radio durante la conducción o no respetar del todo una señal de ceda el paso se repiten a diario con una aparente inocencia. Son movimientos mínimos, casi automáticos, que no despiertan alarma en quien los realiza, pero que multiplican exponencialmente el riesgo de colisión. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), la distracción al volante es ya una de las principales causas de siniestros en España.

Otro de esos gestos subestimados es el exceso de confianza. Muchos conductores, tras años al volante, desarrollan hábitos poco recomendables como no usar el intermitente, pegarse demasiado al coche de delante o realizar adelantamientos ajustados en vías secundarias. Estas acciones, lejos de ser meras imprudencias aisladas, configuran un patrón de conducción que descuida la prevención y relega la prudencia a un segundo plano. La suma de pequeñas imprudencias genera un entorno vial más hostil e imprevisible, donde un segundo de descuido o una decisión aparentemente inofensiva puede desencadenar un accidente con consecuencias irreversibles.

Juan José Ebezner, mecánico reconocido en redes sociales por sus vídeos divulgativos sobre cuidados del automóvil, expuso una de las técnicas más efectivas para cuidarte en salud de los conductores que te acompañan en la calzada. En ocasiones, el problema no reside en tu voluntad, puesto que puedes ser víctima, en un supuesto caso, de las condiciones de ebriedad del portador de otro vehículo cercano. No obstante, pese a que pueda parecer que no hay solución para estos casos, pues la voluntad no reside en nosotros, siempre hay pequeños resquicios a los que nos podemos agarrar.

Tener en cuenta el posible antes que el presente

El especialista recomienda anticiparse al peligro antes de que este llegue. Por ende, el movimiento que expone es tan sencillo como necesario, aunque solo sea "por si acaso". Entrando en materia, el experto asegura que "es muy importante que te acostumbres" a realizar esta práctica a menudo con el fin de tener en cuenta los imprevistos que no están a tu alcance. "Cuando vas conduciendo y llegas a un atasco y te vas a parar detrás de un coche, una vez que tengas el coche parado deja una distancia de seguridad y gira el volante del arcén", declara Ebezner ante el desconocimiento de muchos usuarios.

Si bien esta afirmación puede parecer confusa, ya que, por ejemplo, en un despiste el coche puede salir desplazado para la dirección contraria. Sin embargo, hay un sustento detrás de la misma que refuerza lo mencionado. "Tú sabes lo que haces sobre tu coche pero imagínate que viene alguien por detrás despistado y te embiste por detrás", aclara para dar a entender el motivo de esta declaración. De esta manera, si el vehículo está situado en medio de dos coche y las ruedas están dispuestas en dirección hacía el automóvil de delante, tanto el coche como el conductor sufrirán un aplastamiento.

La dirección de los neumáticos: un movimiento diferencial

La razón que expone Ebezner para evitar este "sandwich" entre dos automóviles es la siguiente: "Si tenemos las ruedas giradas lo que va a hacer el coche es seguir esa dirección, esa trayectoria que nos marcan los neumáticos". Por tanto, siempre que podamos, y nos acordemos, en situaciones de extrema precaución, donde el atasco surge de la nada, ya sea por la condición de la vía o por cualquier otra razón, hemos de tener en cuenta este pensamiento y, una vez parado el vehículo, cambiar la dirección con el volante. "Ese pequeño detalle puede suponer la diferencia entre un accidente muy grave o simplemente un susto", afirma.