
Trabajo
Una joven de Colombia se sincera sobre el trabajo en la hostelería de España: "Es una mierda, lo único bueno es cobrar al final del día"
Daniela Hidalgo, camarera en un bar de playa, ha desatado un intenso debate en TikTok tras compartir su experiencia laboral en el sector

La colombiana Daniela Hidalgo ha revolucionado la red social TikTok con un vídeo en el que narra sin tapujos cómo vive cada jornada como camarera en un establecimiento costero de España. “Estoy trabajando como mesera este verano y es una mierda”, afirma entre risas nerviosas, alegando que lo único que hace que la jornada merezca la pena es “cuando te pagan al final del día”.
La joven explica que, de momento, solo trabaja los fines de semana, aunque planea ampliar su horario antes de regresar a Colombia. Durante el vídeo describe momentos en los que se ha sentido “insignificante” tras recibir comentarios despectivos de clientes, episodios que le han provocado lágrimas cuando llega a casa.
“Trabajar en España con depresión y ansiedad es como correr, pero con el camino lleno de piedras y la obligación de sonreír para que nadie te juzgue”, confiesa en otro clip, donde defiende que hablar abiertamente le impide “explotar” por dentro.
El debate entre quienes la apoyan y quienes la critican
La publicación ha dividido a los internautas. Una usuaria, que se identificó como ex camarera, le respondió que con su trabajo en hostelería “compré casa y ahora soy empresaria” y le espetó: “Es la actitud, nena, la actitud”.
Por su parte, otra extranjera, que lleva tres años en el sector, matizó que “la mayoría de españoles han sido muy buenos” y que el trato grosero no es la norma. Ante la lluvia de opiniones, Daniela subrayó que “mucha gente juzga sin conocer las batallas internas” y reiteró que su objetivo al venir a España fue “ponerme a prueba”, no callar sus emociones.
A pesar de la crudeza de sus palabras, la tiktoker se muestra firme en su propósito: aguantar hasta cumplir el plazo que se marcó antes de volver a Colombia. “Si vienes con un propósito claro, obviamente te va a ir superbién”, reflexiona, consciente de que no todos logran adaptarse al ritmo hostelero.
Su historia ha abierto una conversación sobre salud mental, precariedad y expectativas de quienes emigran a la hostelería, un sector que cada verano acoge a miles de jóvenes extranjeros dispuestos a dejar la piel a cambio de un sueldo.
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