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Los nietos de un «gitano honrado»

Los jóvenes del clan, afincado en Sevilla desde los 70, son ahora los «dueños del pueblo»

Los nietos de un «gitano honrado»
Los nietos de un «gitano honrado»larazon

La generación más joven del clan de «Los Chorizos» nada tiene que ver con el patriarca de la familia, Juan, que llegó a Estepa junto a su mujer, Trinidad, para ganarse la vida allá por la década de los setenta. Era tratante de bestias y los vecinos de esta localidad de la Sierra Sur sevillana lo siguen considerando un «gitano honrado». Se instaló en el barrio del Cerrillo, concretamente en la calle Flores. El matrimonio tuvo tres hijos: Manoli, Consuelo y Juan. La familia fue ampliándose paulatinamente.

La hija mayor, Manoli, se casó con «El Chaquetas», un gitano que trabajó en el campo para una familia adinerada del municipio. Una de sus hijas sufre una discapacidad severa y los abuelos se volcaron con ella. «Los estepeños siempre se han solidarizado mucho con los abuelos, ya que quieren mucho a esa niña», aseguran los vecinos. La vida de Consuelo es más complicada. Vivió en Écija, donde tuvo tres hijos, y a mediados de los 90 volvió a Estepa, ya con otro marido que murió de forma repentina. Fue en su casa de la calle Médico Diego Martínez, de donde se trasladó posteriormente hasta una vivienda social ubicada en la calle La Palma, en un barrio de nueva construcción. Consuelo tiene una decena de hijos, estuvo en la cárcel por vender droga y la Junta le retiró la custodia de los menores. Incluso uno de ellos se ha escapado del centro donde estaba internado. El historial delictivo del mayor lo condujo también a prisión. «Estos niños han crecido y ya son delincuentes habituales», relatan algunos vecinos, que alertan de robos «constantes» desde hace dos años en viviendas y tiendas. «Incluso saquearon un chalé recientemente», recuerdan.

Son los «dueños del pueblo», tal y como aseguran, instalándose la mayoría en el barrio de Los Poetas y ocupando las casas que el pasado sábado fueron, a su vez, asaltadas por sus propios vecinos. Las equiparon con muebles y cortinas «robados de otras viviendas».

Los hijos de Consuelo «son los más problemáticos», relatan algunos de los residentes. «Se casan con gitanos de la comarca, pero viven en Estepa porque es el único lugar donde no les paran los pies», añaden los lugareños. Esta sensación de impunidad es compartida por gran parte de la población, hasta el punto de que el pasado sábado por la tarde, cuando el tumulto desapareció, varios miembros de «Los Chorizos» volvieron a ocupar una de las viviendas desvalijadas.

De la ira vecinal a la batalla campal

- La barriada de Los Poetas fue el escenario de una auténtica batalla campal protagonizada por los vecinos. No se produjeron daños personales, pues el asalto se realizó cuando las viviendas estaban vacías. Sin embargo, sí se produjeron cuantiosos daños materiales. Al destrozo del mobiliario y de las pertenencias del clan hay que sumar el incendio de algunas viviendas, así como el robo de televisores de plasma y otros enseres que habían sido sustraídos a los vecinos previamente.