Energías alternativas

De alga invasora a biocombustible

Un proyecto logra transformar el sargazo, la plaga que amenaza las playas de Cancún, en biogás y biodiésel

Estudiantes del municipio de Benito Juárez, en el estado de Quintana Roo (México), apoyan la limpieza de sargazo, en las playas de este centro de recreo, el pasado martes / Efe
Estudiantes del municipio de Benito Juárez, en el estado de Quintana Roo (México), apoyan la limpieza de sargazo, en las playas de este centro de recreo, el pasado martes / Efelarazon

La plaga de sargazo, un problema medioambiental que afecta desde hace varios meses a las playas de Cancún, en el Caribe mexicano, ha sido aprovechada por varios investigadores en México que buscan transformar la macroalga en biocombustible.

Científicos de la Unidad de Energía Renovable del Centro de Investigación Científica del estado de Yucatán (CICY) y estudiantes del Tecnológico Superior de Felipe Carrillo Puerto presentaron dos proyectos de producción de biogas y biodiesel, respectivamente.

En el primero participa el cubano Raúl Tapia Tussell, doctor en Ciencias de los Alimentos y Biotecnología, quien contó a Efe que su grupo comenzó su investigación en enero de 2017.

«Empezamos a recolectar sargazo, un tipo de macroalaga bastante compleja, vimos su composición y comprobamos que tenía una alta concentración de lignina, celulosa y hemicelulosa», señaló Tapia Tussell.

Los investigadores hicieron un tratamiento previo con un hongo y comprobaron un incremento de un 30 % en la producción de biogas.

«Los hongos son una potencial fuente para la producción de biogas y empezamos a trabajar con microorganismos nativos, logramos el aislamiento de unos hongos que son degradadores de la lignina porque dicho compuesto es el que impide que las bacterias hagan su función para la producción de biogas», apuntó.

El cubano enfatizó que la investigación está todavía en fase de laboratorio, pero en las primeras pruebas obtuvieron alrededor de 104 litros de gas metano.

Pero además de esta investigación, el equipo de la Unidad de Energía del CICY está empezando a trabajar en la posibilidad de convertir esa biomasa en bioetanol.

En ambos casos, los biocombustibles obtenidos podrían ser utilizados en vehículos pequeños, quizás para la misma recolección del sargazo.

Para comenzar, la macroalga tiene que ser sometida a un ligero lavado para quitarle residuos de arena, posteriormente se seca, luego viene el tratamientos con microoganismos y finalmente, se inicia el proceso ya en el laboratorio con temperaturas controladas.

En el caso del Tecnológico Superior de Felipe Carrillo Puerto, un grupo de estudiantes y catedráticos de la institución presentaron hace unos días a representantes del Gobierno del estado de Quintana Roo un proyecto para obtener biodiesel a partir del sargazo.

El producto, llamado Bioremar, es un biodiesel de origen vegetal que funciona como reemplazo del gasóleo de origen fósil. Pero además del combustible, su proceso permite también aprovechar glicerina para jabones, cremas y champú.

Una de las ventajas es que el combustible vegetal reduce algunos efectos contaminantes ya que elimina al cien por cien las emisiones de CO2 y reduce la producción de hollín entre un 40 % y un 60 %.

Además de reducir emisiones de hidrocarburos, por ejemplo, el monóxido de carbono también desciende en la misma proporción, entre un 10 % y un 50 %.

Este año, el sargazo ha llegado en cantidades enormes a las playas del Caribe mexicano.

La macroalga llega al Caribe desde dos fuentes principales: el Mar de Sargazo, en el Triángulo de las Bermudas, y una nueva zona, al norte del ecuador terrestre, donde se acumulan frente a la costa de Brasil para adentrarse en el Caribe.

El sargazo en las playas es indicador de contaminación y aumento del daño causado por la actividad humana en mares y costas caribeñas. EFE