Alcoholismo

«Multar a los padres no es efectivo»

La Razón
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¿Por qué empiezan a beber los menores?

Porque es una forma de socialización. Los jóvenes de hoy día se relacionan a través del alcohol. Es su ocio. El problema es que la cultura de nuestro país está muy vinculada al consumo de alcohol y que, en España, una cantidad significativa de padres reconocen ser los primeros en introducir en el acohol a sus menores (hijos, sobrinos, etc.), cuando son los primeros que deben tener claro que esto es inadmisible.

¿Qué consecuencias tiene el consumo de alcohol en el cuerpo preadolescente?

Influye muchísimo en su desarrollo. Poseen un cuerpo inmaduro, por lo que el impacto es mayor y se traduce en tres pérdidas: de memoria verbal y no verbal, de memoria a corto y a largo plazo y de capacidad de aprendizaje. Y si el consumo es continuado, los efectos son difícilmente reversibles. Sin embargo, al igual que el cannabis, son drogas muy banalizadas. Parece que no pasa nada.

Pero también habrá consecuencias psicológicas...

Sí, problemas para relacionarse y de comportamiento. Comienzan a tener problemas para acatar la autoridad, sobre todo paterna. No aceptan, no obedecen. Además, se descontrolan emocionalmente, no saben cómo afrontar sus problemas.

¿Qué problemas se dan en su entorno familiar?

Para ellos, ninguno. Los menores no ven las consecuencias. Creen que el acohol les ofrece más ventajas que desventajas. Son los padres los que detectan situaciones de riesgo cuando sus hijos dejan de aceptar las normas de la casa. Después comienzan los enfrentamientos sistemáticos y, al final, se da la violencia verbal y física. Todo esto genera mucha ansiedad.

Entonces, ¿es efectivo multar a los padres?

No. Son los chicos los que deben sufrir las «sanciones». Por mi experiencia, creo que es mucho más efectivo trabajar en la línea educativa. Otra alternativa son los trabajos en beneficio de la comunidad. Pero, en cualquier caso, los padres no deben asumir el error de los hijos.

¿Cuál es la solución?

La prevención desde edades tempranas y programas escolares. Los policías, los entrenadores deportivos, las familias, los amigos, todos deben ser agentes protectores y preventivos. Todos tenemos nuestra parte de responsabilidad y posibilidad de mejorar. Todos tenemos la solución en las manos.