«No creo que el tribunal que lo dejó libre lo vuelva a condenar»

La decisión del Tribunal Supremo de no repetir el juicio contra Miguel Carcaño ha provocado la indignación de la familia de Marta del Castillo. El padre y la madre de la menor sevillana prefieren no hacer declaraciones hasta no conocer el contenido de la decisión judicial, que le será entregada hoy a sus abogados. Sin embargo, el abuelo materno, Antonio Casanueva, dijo a este periódico que «estamos muy desencantados. Es un nuevo jarro de agua fría sobre nuestras cabezas». Casanueva no entiende cómo en un caso tan importante como éste, los magistrados no se han puesto de acuerdo: «Deberían haber tomado una decisión de forma unánime. Ha habido disensiones internas y se han vuelto en nuestra contra. Si no se repite el juicio, nos quedamos igual, porque los asesinos seguirán en la calle. Que aumenten la pena de Carcaño, ni nos na ni nos viene. Durante el proceso ha habido numerosas contradicciones y la sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla no se ajustó a los que había pasado realmente». Sobre la decisión de que Miguel Carcaño deba pagar los 616.000 euros que costó la búsqueda de Marta en el Guadalquivir, en el vertedero y en la zanja de Camas, indicó que «no va a pagar ni un euro. Es imposible, no tienen bienes». Su hijo, Javier Casanueva, tío de Marta, está «muy decepcionado con la Justicia. Miguel Carcaño no pudo hacerlo solo. La Fiscalía, el juez y la acusación lo sabíamos, pero no han condenado a nadie más». Para el tío de la menor sevillana, «no es normal que distintos tribunales dicten sentencias en las que los hechos que se consideran probados son diferentes e interpreten lo que realmente pasó de forma distinta. Nos sentimos indefensos ante la Justicia». «De todas formas, dudo mucho de que el tribunal que absolvió a Samuel lo vuelva a condenar. Redactarán otra vez las conclusiones para contentar a los magistrados y ya está», lamentó. Para Javier, «lo único positivo es que el Tribunal Supremo ha reconocido lo que hemos sufrido durante todo este tiempo y el daño moral que nos ha producido no saber dónde está Marta».