Violencia de género

Pamplona no fue la única: ¿Cuáles son las otras “Manadas”?

Tras la irrupción del caso de San Fermín de 2016 varios casos relacionados con violaciones en grupo se hicieron mediáticos

Ángel Boza, miembro de la manada tras declarar en los Juzgados de Sevilla
Ángel Boza, miembro de la manada tras declarar en los Juzgados de Sevillalarazon

Tras la irrupción del caso de San Fermín de 2016 varios casos relacionados con violaciones en grupo se hicieron mediáticos

Ayer la Justicia española determinó que el caso de los cinco integrantes de un grupo de WhatsApp llamado “La Manada” se cerrase como tantas veces se ha pedido: con justicia. A una chica de 18 años la grabaron con el móvil mientras la penetraban en un portal de Pamplona, en Navarra, durante los San Fermines de hace tres años. Y se lo robaron, también. La Audiencia de Navarra condenó a los cinco chavales por acoso sexual y no por abuso, como se pedía; en el primer caso la pena era de 9 años; ahora, esta se ha incrementado a 15. Desde los trágicos sucesos que tuvieron lugar el 7 de julio de 2016 han brotado más “Manadas”, más grupos de chicos que violan o abusan en grupo de una joven en particular.

Alicante

En marzo de 2019 una menor de edad de 15 años denunció una violación localidad levantina que habrían tenido lugar durante julio del año anterior en la zona de Marina Alta. Las sospechas apuntaron a un grupo de cuatro chicos menores de edad de origen marroquí; tres de ellos ejecutaron la acción mientras otro la realizaba tocamientos. Los jóvenes habrían mostrado una actitud violenta con la chica y, aparte, habrían grabado todo lo ocurrido allí. Luego, uno de ellos procedió a extorsionarla: o le pagaba 50 euros o difundía el vídeo en redes sociales y por los aledaños de su instituto.

Cinco días después de interponerse la denuncia, la Guardia Civil detuvo a tres de los implicados en el caso; el otro se encontraba en Francia, huido. En las declaraciones, los implicados tiraron piedras sobre su propio tejado y se culparon los unos a los otros negando una violación por tener el consentimiento expreso de ella. Se les impusieron, como medidas cautelares, la prohibición absoluta de acercarse a la víctima y de establecer una conversación con ella de cualquier tipo mientras dure la investigación.

Gran Canaria

Durante la noche de San Juan del año pasado una joven menor de edad de Gran Canaria sufrió una violación múltiple por parte de cinco hombres. La joven se encontraba en la famosa playa del Inglés, en la zona de Maspalomas, celebrando el solsticio de verano, cuando se produjeron los hechos. Las detenciones se produjeron cinco días después de los hecho: de los miembros, cuatro eran adultos y uno era menor, que está siendo clave en los hechos: ha sido el único que ha admitido relaciones sexuales con la chica, aunque asegura que fueron consentidas e individuales.

Tras pasar a disposición policial y ser encerrados, alardearon de ser “la nueva Manada”. De momento no ha habido sentencia por lo ocurrido ni se ha determinado nada.

Sabadell

La madrugada del 3 de febrero de este año fue trágica para una chica de 18 años afincada en Sabadell. En su declaración al juzgado alegó que se encontraba en un bar con muchos amigos, casualmente en el mismo en el que se encontraban sus agresores. En un momento puntual, acudió al baño y se cruzó con un hombre que “la besó, la tocó por todo el cuerpo, la metió la mano por debajo de la ropa interior y la masturbó”. Acto seguido la sacó del bar y la llevó, a la fuerza, a una nave abandonada donde tres hombres la violaron por turnos y abusaron constantemente de ella.

La víctima, según recoge su declaración, no paraba de llorar y sentía pánico de sufrir algo peor de lo que ya estaba viviendo. Por eso, cuando uno de los agresores la llevó a la calle, fuera de la nave, la chica no dudó ni un momento en echar a correr y pedir auxilio a un coche aleatorio en cuanto lo divisó. Los ocupantes de este escucharon a la víctima y la acompañaron a una comisaría a denunciar los hechos.

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña abrió un proceso judicial por un presunto delito de agresión sexual que determinó la prisión para uno de los múltiples detenidos; a los otros se les prohibió la salida de España y se les está sometiendo a un exhaustivo control para ello.

Azuqueca de Henares

El 15 de marzo de 2018 una niña de 12 años sufrió varias agresiones sexuales; se encontraba en el Lavadero de Azuquera, un parque de la zona, cuando varios jóvenes (de orígenes marroquíes y nigerianos) las llevaron a ella y a una amiga suya a una residencia abandonada que se encontraba próxima. Allí comenzó su infierno.

La estructura albergó un episodio trágico. Las chicas fueron conducidas a una habitación y liberaron a la amiga de la víctima “por ser mora”; ella no tuvo la misma suerte. Tras ello, la llevaron a un baño, la tumbaron boca abajo y le bajaron la parte inferior de la ropa. Y luego la violaron analmente uno a uno durante cerca de 45 minutos. Los amigos estaban fuera y escuchaban los gritos de socorro, pero uno de los relacionados con el abuso figuraba allí con un palo para evitarlo, informa El Mundo.

El propio medio comentó que uno de los agresores se encontraba en prisión preventiva por agresión sexual y, además, por detención ilegal. Uno de los adultos quedó en libertad mientras que tres menores llegaron a un acuerdo con la Fiscalía: tres años de internamiento y cinco de orden de alejamiento sobre la víctima.

Mataró

Tres hombres (uno con discapacidad psíquica) fueron detenidos durante el año 2016 por una violación a una menor de 17 años que padece discapacidad intelectual. La joven sufre una diversofuncionalidad del 57%, lo que la convierte en una chica “muy ingenua y muy inocente”, tal y como recoge elPeriódico a través de unas declaraciones de su madre, que fue quien interpuso la denuncia.

La madre comenzó a presenciar comportamientos extraños en la niña y ello le animó a denunciar. Su estado habitual era de actividad, pero de repente pasaba largas jornadas encerrada en su habitación. Así, la progenitora entró en su cuenta de Facebook y presenció cosas extrañas, como una foto de un pene acompañada de una pregunta: era la prueba definitiva para denunciar lo sucedido.

Los agresores fueron detenidos por las autoridades y se les acusó de un delito de agresión sexual; el tercero tenía que acudir periódicamente al juzgado hasta la celebración del juicio.