Salud
Pérdida de visión o parálisis facial: las graves complicaciones del herpes zóster
En los dos últimos años la incidencia de la infección viral en España ha subido de forma considerable
El herpes zóster es una infección viral causada por el virus de la varicela-zóster que afecta a los nervios periféricos y la piel. Es el mismo virus que causa la varicela en los niños, pero, una vez que la persona se ha recuperado de la enfermedad, el virus puede permanecer inactivo en los ganglios sensitivos del cuerpo y reactivarse años después, causando el herpes zóster.
La afección puede producir pequeñas ampollas dolorosas, que suelen agruparse entre sí y se distribuyen de forma lineal a lo largo de una franja del cuerpo que se denomina dermatoma. Por eso a esta enfermedad se la conoce de manera coloquial como culebrilla .
El herpes zóster puede afectar a cualquier persona que haya tenido varicela -es decir, el 95% de la población en España-, pero el riesgo aumenta con la edad y cuando el sistema inmunológico está debilitado. Por eso tiene incidencia, sobre todo, en individuos de edad avanzada y en aquellos que tienen alterada su respuesta inmune debido a enfermedades o a tratamientos inmunodepresores. Vienen a producirse entre tres o cuatro casos por cada mil habitantes, con un incremento mayor a partir de los 50 años. A partir de los ochenta, la incidencia se multiplica por tres.
Afortunadamente, hay tratamientos disponibles para aliviar el dolor y reducir las complicaciones del herpes zóster. En los dos últimos años su incidencia en España ha subido de forma considerable, posiblemente debido a que, según indican algunos estudios, las personas diagnosticadas de covid-19 pueden presentar mayor riesgo de reactivación del virus de la varicela-zóster.
72 horas cruciales
“Los síntomas del herpes zóster suelen comenzar con un dolor intenso localizado en la zona del nervio afectado, habitualmente el tronco, una extremidad o la cara”, explican los doctores Ignacio Valenzuela y Juan Luis Sanz, especialistas del servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud Córdoba. “A continuación, lo habitual es que aparezcan ampollas muy características que con el tiempo se secan y dejan una costra”.
Según explican estos especialistas, un porcentaje importante de los pacientes desarrolla una sensación dolorosa, ardiente o punzante en la zona afectada, que se conoce como ‘neuralgia post herpética’. Esta neuralgia suele persistir tras la resolución de las lesiones cutáneas y puede durar meses, incluso años, de modo que afecta de forma muy significativa a la calidad de vida del paciente.
Los Dres. Valenzuela y han estudiado a fondo esta dolencia e insisten en la importancia de realizar un diagnóstico precoz porque, si la infección avanza al área del nervio trigémino, pueden producirse otras complicaciones como pérdida de visión o de audición,vértigos o parálisis facial. Menos frecuentes, pero también importantes, son las complicaciones neurológicas y vasculares que pueden desembocar incluso en ictus, advierten los profesionales del Hospital Quirónsalud Córdoba.
El diagnóstico a veces es difícil porque, en ocasiones, comienzan solo los dolores y es más tarde cuando aparecen las lesiones dermatológicas. Por eso es crucial acudir al especialista con las primeras molestias.
La única manera de prevenir esta enfermedad es mediante vacunación. Actualmente hay una nueva vacuna para prevenir el herpes zóster, que está indicada a partir de los 50 años en población general o bien a partir de los 18 años en pacientes con mayor riesgo.
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