Perros por Navidad

Dos de cada diez perros se adoptan en vísperas de la Navidad. El pico más alto de abandonos ocurre después de la Navidad. Datos incuestionables. Una canallada para el pobre animalito que ha sido utilizado como regalo de usar y tirar. Algo desalmado. Un perro cuidado puede durar hasta veinte años, años en los que tendrás que hacer algunas cosas todos los días con y por la criatura.

Ahí van sucintamente: levantarte por la mañanita, hayas dormido bien, mal o sea fiesta, para sacarlo a hacer sus necesidades. Esto ocurrirá tres veces al día, alguna de las cuales tendrás que hacerlo correr y jugar el tiempo que precise. Si tienes un perro chiquitito podrás ponerle su retrete en casa, como a los gatos, pero asimismo tendrás que sacarlo y jugar con él el tiempo indispensable.

Prepara un buen presupuesto para veterinarios. Hay que vacunarlos, hacerlos revisiones y llevarlos inmediatamente cuando veas que les pasa algo. También tendrás que darle la mejor comida posible. Lavar sus cuencos, quitar sus pelos y asumir que es uno más de la familia. Olvídate además de salir al cine, al teatro… y después tomar unas copas. Después tendrás que correr para sacar a tu perro, que te estará esperando fervientemente.

Olvídate de entrar en la mayoría de los bares y restaurantes; en la generalidad de ellos no aceptan mascotas. Así que disponte a pasar frio o calor en las terrazas. No podrás viajar a los lugares que gustes, solamente algunos hoteles admiten perros; de modo que estarás siempre buscando dónde están esos y cuánto cuestan. Ah, también tendrás que pagar su pasaje y sufrir si hay que trasladarlo en bodegas.

Tendrás que aprender a soportar su mirada triste cuando sales de casa y no lo llevas. Acariciarlo a menudo. Estar con él todo lo que puedas. Y, sobre todo, superar su muerte, algo terrible cuando lo amas como se ama a un perro.

Lo bueno no cabe en muchas páginas. Solamente quería recordar que un animal es lo más diferente a un juguete.