Entrevistas de trabajo
Prepárate las "preguntas conductuales": la trampa que ponen las empresas en las entrevista de trabajo
La estrategia que emplean las compañías suele poner en aprietos a los candidatos debido al poco contexto que reciben de lo cuestionado, por lo que es conveninente contar con una preparación
Cada vez es más común que las empresas introduzcan sutiles trampas en los procesos de selección para poner a prueba no solo la preparación técnica de los candidatos, sino también su capacidad para reaccionar ante situaciones inesperadas. Estas pruebas no siempre son evidentes y pueden manifestarse en preguntas ambiguas, pausas incómodas, contradicciones intencionadas o incluso errores deliberados en las descripciones del puesto. El objetivo no es confundir por capricho, sino observar cómo responde el aspirante ante la presión, la duda o la incertidumbre. En lugar de limitarse a comprobar si se cumplen unos requisitos formales, los entrevistadores buscan medir competencias más profundas que resultan clave en el mundo laboral actual.
La inteligencia emocional, la capacidad de adaptación y el pensamiento crítico se han vuelto tan valiosos como el conocimiento técnico, sobre todo en un entorno en el que los cambios son constantes y las decisiones deben tomarse con rapidez.Frente a este nuevo enfoque, el peso de los títulos académicos ha comenzado a diluirse en muchos sectores, en los que ya no basta con presentar un máster o una larga lista de diplomas. Durante años, el mercado laboral español estuvo marcado por la llamada "titulitis", una carrera por acumular credenciales como garantía de éxito profesional. Sin embargo, las empresas han empezado a priorizar otras cualidades, como la capacidad para aprender de forma autónoma, trabajar en equipo, gestionar el tiempo o enfrentarse a la frustración. Esta transformación no implica que la formación deje de ser importante, pero sí redefine su papel dentro del perfil ideal de un candidato.
Hoy en día se valora más lo que una persona puede aportar de manera práctica, inmediata y realista, que el número de años que ha pasado en un aula. Es un cambio de paradigma que obliga a repensar cómo se accede al empleo y qué significa realmente estar preparado para el futuro. De esta forma, las aptitudes demandadas se miden en función de nuevos mecanismos donde se ponen sobre la mesa temáticas como los intereses personales, las dinámicas de trabajo o incluso los métodos de actuación. Es por eso que, preguntas como las denominadas "conductuales", que centran la atención en la espontaneidad, han de ser tenidas en cuenta con el fin de que los examinadores no nos pillen por sorpresa.
¿Cómo contestar preguntas conductuales?
Adriana Carvajal, antigua trabajadora de grandes compañías como Google y Linkendin, da las claves sobre cómo prepararte para esta clase de cuestiones que pueden favorecer la primera impresión que uno deja. "Si en una entrevista de trabajo te hacen uns pregunta que comienza con 'cuéntame una vez que' o 'ponme un ejemplo de', lo peor que puedes hacer es improvisar tu respuesta", declara. Esto se debe a que la agilidad mental es un valor fundamental para ver el nivel resolutivo de una persona y una contestación mal da puede decepcionar las expectativas que el preguntador tiene sobre ti, y sobre tu currículum. Por ende, la preparación no es un opción sino una obligación.
"Son preguntas conductuales y hay un truco para contestarlas que te va a hacer la muchísimo más sencilla", informa. El hecho de organizar un proceso de selección en el que te vas a enfrentar a otros posibles candidatos pasa por considerar lo inesperado. "El principal problema es que si no tenemos una estructura clarísima es muy fácil irse por las ramas y eso hace que la persona que nos está escuchando tenga que hacer malabares para seguir nuestra historia", explica. De esta manera, en todo momento hay que ver cuál es la percepción que el entrevistador deja ver en relación a lo que le estamos contando, si se percibe un sentimiento de hastío o de dejadez en la conversación es mejor concluir en lugar de seguir añadiendo información.
El truco definitivo que te sacará de más de un apuro
Esta especie de consejo que aporta la emprendedora recibe el nombre de "metodología STAR" y se basa fundamentalmente en tres conceptos que son parte de las siglas del término: situación, tarea, acción y resultados. Por tanto, la fórmula a seguir pasa por cada uno de estos tramos. En primera instancia, "comenzamos dando contexto", aclara Carvajal, sobre la situación que nos han preguntado, por ejemplo, la empresa en la que estabas trabajando, tu puesto, etc. En segundo lugar se halla la tarea, que en pocas palabras se refiere a la responsabilidad que se tenía en esa situación determinada que antes hemos explicado.
Respecto al apartado de "acción" es importante esclarecer al detalle lo que se hizo y que pasos se siguieron. "Al final explicas qué impacto tuviste, qué mejoró y qué métricas te respaldan", incide en el apartado de "resultados". Este resumen sirve como contextualización total de tus vivencias laborales anteriores, marcadas por unos marcos donde se establece el principio y el final para no pasarnos de tiempo y respetar al responsable respondiendo a su pregunta.