¿Por qué algunas personas necesitan dormir muchas horas? Esto dice la psicología

El sueño es una necesidad universal, pero no todos lo experimentamos igual. Mientras que algunos apenas necesitan cinco horas para sentirse renovados, otros requieren nueve o incluso más para funcionar plenamente. La comunidad científica ha establecido que, para la mayoría de los adultos, lo ideal es dormir entre siete y nueve horas cada noche. Así lo recomiendan instituciones como la Sociedad Española de Neurología y la Clínica Mayo. Sin embargo, la realidad suele ser mucho más diversa.

No siempre es la pereza lo que lleva a una persona a pasar más tiempo entre sábanas. De hecho, la neurobiología y la cronobiología, disciplinas que estudian los ritmos biológicos y el funcionamiento cerebral, explican que la necesidad de dormir más puede estar relacionada con cómo procesa la información nuestro cerebro.

Algunos estudios han observado que quienes duermen más horas suelen mostrar una mayor actividad cerebral mientras descansan. Durante las fases del sueño conocidas como REM (movimiento ocular rápido) y NREM, el cerebro trabaja activamente para consolidar la memoria, eliminar toxinas y reorganizar la información acumulada durante el día. Además, la fase REM es especialmente importante para la creatividad, ya que permite conectar ideas que, en estado de vigilia, parecerían inconexas.

Se ha popularizado la idea de que grandes mentes como Albert Einstein necesitaban dormir mucho, pero la realidad es más matizada. Einstein sí dormía largas horas, pero no todas las personas que duermen mucho alcanzan su nivel de inteligencia. Lo que sí parece claro es que un cerebro que trabaja intensamente durante el día puede necesitar más tiempo de descanso para procesar esa información, lo que puede traducirse en una mayor creatividad y capacidad para resolver problemas complejos.

No todo el tiempo que pasamos en la cama es igual de provechoso. Un sueño profundo y de calidad permite despertar renovado, con la mente lista para afrontar nuevos retos. Por el contrario, quienes usan el sueño como forma de evasión, aunque duerman muchas horas, suelen levantarse cansados y desmotivados.

La psicología respalda esta idea: quienes respetan su ritmo biológico y duermen profundamente tienden a ser más productivos y creativos. Además, estudios recientes indican que cerrar la puerta del dormitorio puede estar relacionado con una mayor sensación de seguridad y, por tanto, con un descanso más reparador.