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¿A qué parte del mundo va la ropa usada que se dona en contenedores?

Según un estudio de Greenpeace, solo una de las prendas donadas se utiliza mientras que las demás siguen vagando o contaminando

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Greenpeace ha emprendido una investigación innovadora para seguir la trayectoria de la ropa donada en contenedores de marcas como Zara y Mango. Equipando 29 prendas con dispositivos de geolocalización, la organización ecologista ha desvelado un intrigante viaje que abarca miles de kilómetros. Según el seguimiento en tiempo real disponible en la web de Greenpeace, estas prendas, depositadas entre agosto y septiembre de 2023, han superado fronteras y continentes. Aunque 14 de ellas ya han sido localizadas en ocho países, destacan destinos como Emiratos Árabes Unidos y Pakistán, mostrando la sorprendente segunda vida de la ropa usada.

Europa y Asia: dos destinos para la ropa de calidad

La investigación revela que la calidad de las prendas juega un papel crucial en su destino. Las piezas de mejor calidad tienden a dirigirse a países europeos, tanto dentro como fuera de la Unión Europea. Un dispositivo fue rastreado desde Algeciras hasta Bulgaria y luego a Rumanía, donde la prenda encontró un nuevo hogar en una tienda de segunda mano. Por otro lado, Asia emerge como un importante destino, alineándose con datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente, que indican que el 41% de los textiles exportados en 2019 terminaron en esta región. Sin embargo, la mayoría de estos textiles se convierten en trapos o rellenos industriales, lo que plantea cuestionamientos sobre la sostenibilidad de este flujo global.

África: un destino inusual para prendas usada en Europa

Contrariamente a las tendencias, algunos dispositivos han llegado a Chile, evidenciando una ruta poco convencional para la ropa usada desde la Unión Europea. Con solo República Dominicana y Chile como receptores habituales de más de 500 toneladas anuales de ropa usada desde España, la llegada de estos dispositivos a Chile plantea preguntas sobre la gestión de residuos textiles. El país sudamericano enfrenta desafíos ambientales debido a montañas de ropa usada que se acumulan en el desierto de Atacama, convirtiéndolo en un notable foco de contaminación por residuos textiles a nivel global.

Este estudio pionero de Greenpeace destaca la necesidad de reflexionar sobre la sostenibilidad de la moda y la gestión de residuos textiles. Los rastros de estas prendas revelan conexiones globales complejas, desde los centros de comercio en Asia hasta la venta de ropa de segunda mano en África. La iniciativa también destaca la importancia de una gestión responsable de los residuos textiles y plantea preguntas sobre la eficacia de los sistemas actuales. La moda sostenible y la conciencia del consumidor son elementos clave para abordar este desafío global de manera efectiva.