Medicina

«Saqué un cero en mi primer examen de carrera y luego fui la nº1 del MIR»

Patricia Andrés, de 25 años, estudiará Dermatología y afirma que el currículo va más allá de las notas: «Hay que ser feliz»

Patricia Andrés, de 25 años, ha sido la alumna con la mejor nota en el MIR 2023
Patricia Andrés, de 25 años, ha sido la alumna con la mejor nota en el MIR 2023La Razón

Terminó Bachillerato con matrícula de honor y sacó un 13,3 en Selectividad. Dudaba entre estudiar Bioquímica o Medicina, pero finalmente se decantó por esta segunda y ahora se ha convertido en la número uno del MIR. La bilbaína Patricia Andrés obtuvo 183 aciertos en la prueba a la que presentaron alumnos de Medicina. Ilusionada y un tanto abrumada por la repercusión de su éxito atiende a LA RAZÓN para analizar el futuro de la Sanidad en la que ella jugará un papel fundamental.

¿Ha sido duro el camino para convertirte en la mejor Médico Interna Residente?

La verdad que los seis años de carrera han sido muy buenos porque me gustaba mucho estudiar, siempre he sido muy empollona. Pero sí es cierto que ha sido duro. Para prepararme el MIR invertí siete meses estudiando una media de 12 horas al día: ocho para subrayar y memorizar, dos horas de clase y otras dos de test. Los sábados hacíamos simulacros de cuatro horas y los domingos los dedicaba al descanso.

La vida social en este tiempo pasó a un segundo plano...

Bueno, como mis amigos y mi novio también estudian Medicina estábamos todos igual y hacíamos planes los domingos juntos. Aunque ha sido un esfuerzo, lo he disfrutado.

¿Provienes de familia de sanitarios o eres la primera doctora de tu entorno?

Soy la oveja negra de la familia. Mis padres, que ya están jubilados, trabajaban en la Administración. Pero desde los 12 años tenía claro que me gustaba todo lo sanitario, es más, en verano siempre me llevaba de vacaciones libros divulgativos sobre esta materia.

Has decidido estudiar dermatología en el Hospital de Basurto. ¿Por qué te has decantado por esta especialidad?

Lo reflexioné mucho porque me gusta todo, la verdad. Pregunté antes de tomar la decisión, entre ellos al padre y al tío de mi novio que son médicos. Me decían que pensara con una visión profesional, pero también con la calidad de vida futura y las posibles salidas. Además, me gusta mucho la rama de la investigación y en esta especialidad hay mucha. Para mí lo más importante es ayudar a la gente y ser feliz. Creo que con dermatología lo voy a conseguir.

Hay a quien le ha sorprendido que te decantaras por esta especialidad siendo la nº1 de tu promoción...

Creo que por Twitter me han criticado bastante (risas), pero sinceramente me da igual porque yo estoy encantada con mi decisión. Es una especialidad muy transversal. Yo nunca aspiré a sacar un gran número en el MIR, tan solo deseaba poder hacer lo que más me gustara.

¿Cómo ha sido tu vida de estudiante? ¿Has estado mucho tiempo enclaustrada o has disfrutado también la vida universitaria?

La he disfrutado mucho, en primer lugar, porque tuve la oportunidad de salir casa. Fui a estudiar a la Universidad de Navarra y ese cambio de aires fue muy positivo. Es un aprendizaje fundamental. Durante el MIR acudí a una academia en Oviedo y viví con compañeros. Esas experiencias son muy positivas. Ahora volveré a casa para ahorrar un poco porque he estado de parásito seis años viviendo de mis padres, a los que debo darles las gracias infinitas por el regalo que me han hecho.

La mirada está siempre puesta en las nuevas generaciones y el futuro al que darán forma. ¿Qué papel jugaréis los jóvenes en el sistema sanitario? ¿Está en riesgo nuestro sistema de salud?

Creo que mi opinión es poco importante. Acabo de terminar la carrera y me queda mucho por aprender. Considero que a quien debemos escuchar es a los que llevan trabajando muchos años en el sistema sanitario, son ellos los que saben qué está pasando y cómo solucionar los problemas. Yo estoy en el momento de escuchar y aprender de ellos.

¿Has salido a manifestarte por la sanidad pública? ¿Dónde está, según tú, la raíz de estas protestas masivas por toda España?

Lo que creo que es se debe escuchar más a los profesionales de Atención Primaria, porque son la base de la medicina. Hay que fortalecer esta especialidad. A mí de hecho me encanta. Cuando hice la rotación en Atención Primaria me pareció preciosa, pero la doctora con la que estaba me dijo que quizá ahora no era el mejor momento para elegirla porque las condiciones a las que están sometidos son muy malas. Me dio rabia, porque me parece que es la clave de nuestra sanidad.

Medicina es una de las carreras más exigentes, pero no de las mejor pagadas. ¿Por qué no está acorde la exigencia con las condiciones económicas?

Yo no he estudiado medicina para ganar dinero, sino porque me gusta. De hecho, en Dermatología es de las especialidades donde menos se cobra porque no se hacen guardias, que es donde los médicos pueden ganar algo más. Yo no tengo ese afán de hacerme rica, quiero disfrutar con mi profesión, que sirva de ayuda para la sociedad y que me permita también tener una vida feliz y de calidad.

¿Alguna vez pensaste en tirar la toalla durante la carrera?

Hay momentos de frustración. Date cuenta de que los alumnos que entran en Medicina suelen ser los primeros de su promoción en el Instituto. Llegan con notazas, pero luego se encuentran que aunque estudies mucho puedes suspender. De hecho, en mi caso, en el primer examen test que hice, que era de Bioestadística, saqué un cero y venía con un expediente buenísimo. Fue un «shock». Hablé con mi tutora del colegio y me dijo: «Olvídate de las notas, aprovecha y aprende». Fue una lección que no olvidaré. La nota se queda en el currículo, nadie se acordará de ello en el futuro. La clave está en disfrutar, ayudar a quien lo necesita y vivir. Todas las profesiones están hechas para ayudar al otro, pero en la nuestra tenemos vidas en nuestras manos. Eso es un regalo y hay que disfrutarlo.