Historia
Si tienes estos apellidos puede que tus antepasados fueran huérfanos o niños ilegítimos
Lo que fue señal de abandono se ha convertido en parte del patrimonio onomástico de muchas familias, con miles de personas que los ostentan sin conocer necesariamente su origen
Todos sentimos cierta curiosidad por nuestras raíces. ¿De dónde vengo? ¿De dónde eran mis antepasados? ¿Cómo habrían vivido? Hay muchas maneras de intentar responder a estas preguntas. Una de las más comunes es hablar con los familiares que aún siguen vivos, como los abuelos o, en algunos casos, los bisabuelos.
Para quienes no tienen esa posibilidad, una alternativa sencilla es investigar el propio apellido. Conocer su significado y su origen puede revelar mucho sobre la vida de quienes nos precedieron. De hecho, algunos apellidos esconden historias duras, e incluso pueden señalar que nuestros antepasados fueron huérfanos o niños nacidos fuera del matrimonio.
Origen y significado de los apellidos del abandono
El apellido Expósito es quizá el más conocido. Viene del latín expositus, que significa “expuesto” o “abandonado”, y se asignaba a bebés dejados en torno de iglesias, hospitales o casas de beneficencia.
Otros apellidos como “De la Misericordia”, “De la Iglesia” o “Trobat” (hallado, en zonas catalanas y valencianas) también fueron usados para registrar a niños cuya filiación era desconocida. En muchas regiones se optaba por apellidos toponímicos, “del Río”, “de la Vega”, etc. para disimular esa señal social.
En el País Vasco, se sabe que apellidos como “Etxebarría” recibieron esa connotación en algunos casos, aunque luego también se usaron para personas con linajes reconocidos. Estas prácticas se extendieron desde el siglo XVI hasta el XIX, cuando comenzaron a ser rechazadas por su marcado estigma social.
El estigma que se transformó en identidad familiar
Como todo, las leyes cambiaron. En España, tras la Ley del Registro Civil de 1870, se prohibió asignar apellidos que revelaran el origen de los niños abandonados. Se empezó a optar por repetir el primer apellido o elegir apellidos neutros. Sin embargo, muchos portadores de esos nombres antiguos los conservaron y le dieron otro significado a su carga histórica.
En la actualidad
Hoy, esos apellidos se han vuelto comunes. Lo que fue señal de abandono se ha convertido en parte del patrimonio onomástico de muchas familias, con miles de personas que los ostentan sin conocer necesariamente su origen.
Según los registros del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España más de 34.000 personas llevan Expósito como primer apellido y otras más de 37.000 como segundo apellido. Incluso, hay casos registrados de ciudadanos con el apellido “Expósito Expósito”.
Este dato demuestra que un apellido que una vez fue marca de vulnerabilidad hoy sigue vivo como parte de la identidad colectiva, recordatorio de cómo las estructuras sociales de antaño dejaron huella en los nombres.