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Reutiliza tus tarros de cristal: así eliminas el pegamento sin químicos

Así, también contribuimos a la reducción de residuos, aprovechando algo que de otro modo acabaría en la basura

Reutiliza tus tarros de cristal: así eliminas el pegamento sin químicos
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En la mayoría de las cocinas siempre hay un armario específico, normalmente en un estante bajo, donde se guardan los tarros de cristal vacíos de productos como la mayonesa, el concentrado de tomate o incluso la miel que se ha terminado. Estos tarros no se tiran, porque han demostrado ser muy útiles para muchas necesidades cotidianas.

Se pueden utilizar para guardar la salsa de tomate casera que hemos preparado, una mermelada hecha con frutas de temporada o incluso una vinagreta para ensalada que sobró de la comida. Muchos también los aprovechan para almacenar frutos secos, especias o incluso pequeños objetos, ya que son prácticos, resistentes y fáciles de usar.

Antes de colocar estos tarros de cristal en el armario, es necesario lavarlos muy bien. Ahí suele aparecer el mayor problema: los restos de pegamento de las etiquetas que se quedan en el vidrio y que muchas veces no se eliminan fácilmente, por más que los frotemos. Incluso después de un buen lavado, las marcas de pegamento permanecen y hacen que el tarro parezca sucio.

El método más común es sumergir el tarro en agua caliente con jabón para platos. En muchos casos esto ayuda, pero no siempre consigue el resultado esperado, sobre todo cuando el adhesivo es fuerte. Por eso, mucha gente recurre a productos químicos, que no son precisamente lo más recomendable.

Cómo quitar el pegamento de los tarros de cristal

Un método mucho más sencillo, ecológico y eficaz es usar vinagre blanco. Lo único que hay que hacer es empapar un trozo de papel de cocina o un poco de algodón con vinagre y colocarlo sobre la etiqueta. Se deja actuar al menos 15 minutos. Después, se retira la etiqueta y se lava el tarro con agua caliente y jabón para platos, frotando suavemente con la esponja. Al enjuagarlo, veremos que el pegamento ha desaparecido por completo y el tarro queda como nuevo.

Con este método no solo limpiamos los tarros fácilmente, sino que los reutilizamos de manera segura, dándoles una segunda vida. Así, también contribuimos a la reducción de residuos, aprovechando algo que de otro modo acabaría en la basura.