
Empleo
¿Se trabaja más en China o en España? Un chino que vive en España responde: "Allí no hay ley"
Alejandro Zuhang detalló las diferencias entre ambas jornadas laborales y llegó a una sorprendente conclusión: "No, no te rías"

Siempre se ha dicho desde su llegada a España que los chinos trabajan mucho. Incluso existe la expresión estereotípica "trabajo de chinos", que hace referencia a tareas difíciles y que implican mucho tiempo y esfuerzo, y les fue asociado a los ciudadanos de origen chino por su famosa reputación como trabajadores minuciosos e incansables. Una joven, hija de inmigrantes chinos, explicó que muchas veces se da porque en su cultura "la gente prefiere ganar menos dinero y ser su propio jefe a trabajar para otros".
Ella también explico que eso está cambiando: "Mi generación ya ha estudiado en la universidad, que ya tiene otras oportunidades y otra mentalidad". Está claro que al tener un negocio personal como tiendas o bares se trabajan muchas horas, pero la duda viene con las jornadas laborales, ¿se trabaja más en China o en España? Alejandro Zuhang, powerlifter de origen chino, explicó en Sísifo Podcast cómo funciona la jornada laboral en China y las principales diferencias entre ambos países.
¿Trabaja más horas un español o un chino?
Es una pregunta que la mayoría de españoles contestaría mal y que sacó una sonrisa al propio entrevistador, que sí sabía la verdadera respuesta, que es sorprendente. Alejandro Zuhang afirmó lo siguiente: "Un español, y no, no te rías. Por ley, un español trabaja 40 horas, pero allí en China no hay ley". Es muy claro: "En el contrato no pone cuantas horas tienes que trabajar". Esto es algo que se puede ver de forma negativa, pero no siempre es así.
Tiene dos vertientes que explica este ciudadano de origen chino: "Puedes trabajar 50 horas o puedes trabajar 20". Muchos trabajadores chinos sacan un gran beneficio de esto: "El que termina antes se va a su casa y a lo mejor puede cogerse cinco días de vacaciones porque los primeros dos días de la semana ha terminado todas sus tareas". Simplemente, ellos marcan el ritmo y a veces puede ser beneficioso para los trabajadores.

Una mentalidad totalmente diferente
"Pero aquí (en España) es imposible", afirma el ciudadano chino. La mayoría de contratos suelen implicar cumplir una serie de horas marcadas, lo que a sus ojos disminuye la productividad. Son muy diferentes: "Tú nunca verás a un chino en el trabajo que se pega su horita de descanso para tomarse una cerveza o para fumarse cuatro cigarros". Su único objetivo es terminar lo antes posible: "Un chino es capaz de tirarse, si hace falta, 14 horas seguidas trabajando para terminar todas las tareas que tiene".
Incide en las diferencias: "Aquí es diferente, tienes que trabajar de lunes a viernes ocho horas todos los días". Explica la consecuencia de ello a su modo de ver: "Yo voy al trabajo, hago un poco así por encima y, si no me da tiempo, lo termino mañana... Total, me quedan otras ocho horas. Allí, si lo terminas, te vas a tu casa".
No solo cambian las horas
Anxiang Yina, cofundador de Nutrabetter y profesor en ESADE, trabajó varios años en una marca multinacional española en China y ha dirigido grupos de trabajo con personas de ambas nacionalidades. explicó cómo responden los trabajadores de ambos lugares. Comienza con China: "Uno de los desafíos que tenemos muchos a la hora de gestionar el equipo allí en China es el flujo de información. La gente no dice ni mu, tiene expectativas de que tú tomes la decisión y les digas qué tienen que hacer". Estás acostumbrados a acatar órdenes y no a participar de forma activa a nivel empresarial.
Esto choca frontalmente con lo que ocurre en el viejo continente: "En Europa, en las reuniones, tú ves mucha participación por parte del equipo". Los europeos son más proactivos y se mojan más: "Te comparten su opinión". También son capaces de rebatir algunos asuntos: "Si no les parece bien algunas creaciones de la empresa, lo comentan".
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