Lavar las zapatillas en la lavadora puede ser una solución rápida y efectiva para dejarlas impecables, pero hacerlo sin cuidado puede dañarlas. Sin embargo, con un sencillo truco es posible conseguir que queden como nuevas sin estropearlas.

Paso a paso para un lavado perfecto

• Preparación previa: Antes de meter las zapatillas en la lavadora, es recomendable retirar los cordones y las plantillas. Los cordones pueden lavarse por separado en una bolsita de malla o dentro de una funda de almohada, mientras que las plantillas deben limpiarse a mano para evitar que absorban demasiada humedad y tarden en secarse.
• Eliminar el exceso de suciedad: Si las zapatillas tienen barro o polvo, se recomienda cepillarlas en seco o con un paño húmedo para evitar que la suciedad se esparza en la lavadora.
• Uso de una bolsa de lavado: Para evitar que las zapatillas golpeen el tambor de la lavadora y se deformen, lo ideal es introducirlas en una bolsa de lavado o en una funda de almohada bien cerrada. También es aconsejable añadir algunas toallas al lavado para amortiguar los golpes.
• Elección del programa adecuado: Es fundamental seleccionar un ciclo de lavado en frío, con agua a un máximo de 30°C y sin centrifugado excesivo. Un programa para prendas delicadas o deportivas es la mejor opción.
• Detergente y suavizante: Se recomienda usar un detergente suave y evitar el uso de suavizante, ya que este puede afectar los materiales de las zapatillas y reducir su transpirabilidad.

El secado, clave para un resultado impecable

Una vez terminado el lavado, es importante secarlas correctamente. Nunca deben colocarse directamente al sol ni cerca de fuentes de calor como radiadores, ya que esto puede deformarlas. Lo mejor es rellenarlas con papel absorbente o toallas de microfibra para mantener su forma y acelerar el secado. También se pueden colocar en un lugar ventilado para que la humedad se evapore de manera uniforme.