
Biología
La ciencia, expectante por el tipo de animal que acaban de encontrar: "Nunca antes habíamos visto algo así"
La capacidad de adaptación de determinadas especies para pasar de un comportamiento individual a uno colectivo centra la atención de los biólogos

El reino animal no deja de deparar hallazgos que llevan al asombro a la comunidad científica. Con la mayor parte del planeta mirando a lo artificial, los expertos en comportamientos biológicos siguen centrando sus estudios en la naturaleza, que les responde con descubrimientos únicos hasta la fecha. Animales capaces de construir su propio exoesqueleto o insectos acuáticos del periodo del Mioceno son solo dos de los ejemplos más recientes.
Así le ha sucedido al equipo de trabajo formado por la doctora Serena Ding, líder del grupo de investigación de la Escuela Internacional sobre Materia Viva Max Planck y a la investigadora postdoctoral en el laboratorio de Genes y Comportamiento Daniela Pérez. Ambas han llevado a cabo un estudio en el que han sido testigos de lo que podría considerarse una nueva forma de organización en la vida animal.
Gusanos nematodos trabajando en equipo
El estudio, publicado por la revista Current Biology recoge el modo de organización de unos gusanos diminutos de la familia caenorhabditis elegans y de quienes por primera vez se ha visto cómo se distribuyen hasta hacer una formación que simula torres o puentes en la propia naturaleza.
Este tipo de comportamiento de los nematodos se había logrado en ensayos de laboratorio, pero jamás en un entorno natural, de ahí la relevancia del suceso. Para ello, la doctora Ding tuvo que recoger muestras de fruta podrida de huertos que trasladó a su laboratorio para poder hacer las observaciones pertinentes.
En ellas, el equipo de biólogos detectó una capacidad de colaboración y estructuración sorprendente en los nematodos: uno sobre otro y con independencia de la fase de vida en que estuvieran, se iban agrupando hasta formar pilares de varios milímetros que podían durar horas o incluso días y en condiciones naturales, lejos del artificio en el que se habían recreado antes este tipo de comportamientos.
La investigadora Daniela Pérez destacaba así a la publicación especializada IFL Science la importancia de lo observado: “Si bien estudios previos ya habían reportado la formación de torres, siempre se había realizado en condiciones artificiales. Nuestras observaciones de campo confirmaron que la formación de torres es un comportamiento genuino con relevancia ecológica, y ese fue un momento crucial”.
Superación desde la cooperación y el colectivo
Una vez que el equipo investigador tuvo la evidencia de la generación de ese tipo de formaciones en entornos naturales, las pruebas se centraron en comprobar su funcionalidad. Ahí descubrieron que las torres permiten a los gusanos superar tanto obstáculos como pequeños huecos, y por tanto que su comportamiento varía en esa formación del individual al colectivo, tal como destacó la doctora Ding:
"En la naturaleza, los gusanos actúan colectivamente. El hecho de que formen una estructura coherente que se comporta y actúa como un superorganismo me asombra"
Del mismo modo, durante sus ensayos vieron la gran sensibilidad al tacto que presentaban las formaciones, así como su capacidad de adhesión ante el paso de insectos como arácnidos o moscas, lo que ayudaba a la dispersión de los gusanos.
La capacidad de un organismo tan sencillo como estos diminutos gusanos de generar un comportamiento colectivo que le permite superar obstáculos resulta sorprendente para la comunidad científica. El hecho de ser capaces de trabajar juntos, sin un cerebro común que transmita las órdenes, da mayor valor a la cooperación espontánea vista en el estudio en condiciones naturales, que demuestran una vez más la capacidad de supervivencia y crecimiento de los seres vivos.
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