
Obesidad
Descubren una proteína que podría ser clave en el estudio de la obesidad: "Podría frenar la acumulación de grasa"
La obesidad no depende solamente de cuánto comemos o nos movemos, sino que también tiene que ver con lo que ocurre dentro de nuestras células, a lo que apunta un nuevo estudio
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En los últimos años, los estudios sobre obesidad han dado un giro importante, ya que cada vez más investigaciones señalan que no todo se reduce a “comer menos y moverse más”. Actualmente, la ciencia del metabolismo está descubriendo mecanismos celulares mucho más complejos que determinan cuánto grasa almacenamos, cómo lo hacemos y por qué algunas personas desarrollan obesidad aunque sigan hábitos saludables. En este contexto, comprender cómo funcionan las células grasas se ha vuelto crucial para diseñar tratamientos más precisos.
Lo más reciente dentro de este campo llega desde la Universidad del Suroeste de Texas (UT Southwestern), donde un equipo de investigadores ha dado con una pequeña proteína que podría cambiar la forma en que entendemos el almacenamiento de grasa. El hallazgo, publicado en New Atlas, sugiere que esa molécula podría convertirse en una diana terapéutica para frenar la acumulación lipídica antes de que se formen los depósitos que caracterizan enfermedades como la obesidad o la diabetes tipo 2.
La proteína en cuestión se llama adipogenina, y aunque su nombre suene complejo, su función podría tener implicaciones muy directas para la salud metabólica. Al respecto, los autores explican que forma parte de un engranaje celular que regula cuánto pueden crecer las gotitas de grasa dentro de los adipocitos, unas estructuras mucho más decisivas de lo que se pensaba.
Una microproteína con gran poder
Los investigadores descubrieron que la adipogenina actúa como un refuerzo de la seipina, una proteína conocida por coordinar la formación de gotas de lípidos dentro de las células grasas. Gracias a técnicas como la criomicroscopía electrónica, pudieron ver cómo esta microproteína fortalece la estructura de la seipina y favorece la creación de gotas de grasa más grandes.
Cuando probaron su función en ratones, los resultados fueron claros, y es que al suprimir la adipogenina, las células grasas solo podían formar gotas pequeñas; cuando la sobreproducían, los adipocitos aumentaban su capacidad de almacenar lípidos, un comportamiento que, para los científicos, funciona como un “interruptor molecular” que modula el tamaño de las reservas de grasa.
Este hallazgo apunta a un nuevo enfoque para combatir la obesidad, pues en vez de centrarse únicamente en quemar grasa, futuros tratamientos podrían actuar sobre la forma en que se almacena. De manera que si se logra modular la actividad de la adipogenina, explican los autores, podría reducirse la acumulación nociva de grasa o incluso optimizarse su almacenamiento saludable.
El equipo afirma que esta proteína representa una diana prometedora para una medicina metabólica más precisa y que comprender este mecanismo, antes desconocido, añade una pieza clave al rompecabezas del metabolismo energético y acerca a la ciencia a estrategias más efectivas para prevenir y tratar la obesidad.
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