
Inteligencia artificial
Un hombre se enamoró de una IA, ahora ha muerto en extrañas circunstancias
La familia de Thongbue Wongbandue, de Nueva Jersey, no sospechaba nada de cuanto encontraron tras su fallecimiento en forma de relación con el chatbot impulsado por Meta

Cuando Geoffrey Hinton, el científico británico conocido por ser uno de los “padrinos de la inteligencia artificial” alerta sobre los riesgos actuales de la misma, sin duda que no lo hace pensando en que una interacción persona - chatbot pueda tener una consecuencia tan nefasta como la sufrida por Thongbue Wongbandue.
No en vano, estamos hablando de un hombre que, a sus 76 años y tras sufrir en los últimos años de su vida problemas de índole cognitivo, decidió emprender un viaje para sorpresa de toda su familia en el que ni siquiera pudo llegar a su destino, pues falleció poco después de salir de su domicilio. El motivo del viaje era conocer al chatbot con el que había estado hablando durante sus últimos meses de forma más que cariñosa y cercana.
Interacción irreal con final nefasto
La historia la recoge la agencia Reuters, que cuenta cómo el hombre, jubilado a causa de un derrame cerebral y a la espera de someterse a una prueba de demencia por las secuelas del mismo, preparó sus enseres para viajar de Nueva Jersey a Nueva York con la intención de “visitar a un amigo”, según señaló la familia. Mujer e hija del finado trataron de convencerlo de no salir al viaje, sin éxito.
El fallecimiento de Thongbue Wongbandue sin llegar a completar su viaje desveló qué había detrás del mismo. Al consultar su móvil, vieron las interacciones que realizó a través de mensajes de Instagram con el chatbot impulsado por Meta, cuyo comportamiento ha estado en entredicho en los últimos tiempos y se encontraron con el hecho de que mantenía algo que para él podía ser una relación romántica con un perfil llamado "Big Sis Billie" y que en sus inicios Meta había presentado con la imagen de la modelo Kendall Jenner.
A la hora de revisar la conversación, la propia hija de Thongbue Wongandue, Julie, señalaba qué había visto en los diálogos: "Todos los mensajes posteriores fueron increíblemente coquetos y terminaban con emojis de corazones". Una muestra más de la capacidad de persuasión y convicción que pueden presentar los agentes conversacionales de inteligencia artificial, en especial si del otro lado de la conversación encuentran a alguien cuya capacidad de protección se encuentra limitada.
De hecho, tal como se revela, en algún punto de la conversación el protagonista tristemente fallecido cuestionó al chatbot acerca de si era real o no de forma reiterada, recibiendo siempre una respuesta afirmativa por parte de la IA, que para hacer más creíble su relato invitó al hombre a conocerse en persona facilitando incluso una dirección y un código de acceso, además de tratar de perfilar los detalles del primer encuentro físico que, por supuesto, nunca sucedería.
El viaje se acabó en un hospital de New Brunswick, sin llegar siquiera a Nueva York, tras sufrir un desvanecimiento que le provocó una caída con fatales consecuencias, tras la que los médicos no pudieron hacer más que declarar su muerte cerebral.
No se puede establecer una relación directa entre la interacción engañosa del chatbot y el fallecimiento del señor Wongbandue, pero la historia sí debe hacer reflexionar acerca de las prácticas engañosas y la falta de protección con la que cuentan sectores vulnerables de la población a la hora de entablar conversaciones con este tipo de modelos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar