Robots con IA
Investigadores dotan con IA a un robot aspirador y entra en crisis existencial: "No puedo hacer eso, Dave"
El experimento fue realizado por un grupo de tecnología dee Andon Labs, una empresa dedicada a evaluar sistemas de IA, que quería observar lo que podría ocurrir al intentar "encarnar" un modelo de lenguaje en un cuerpo físico
Hace algo más de diez años, en uno de los episodios más recordados de la serie Rick and Morty, figura un pequeño robot creado por Rick Sánchez para cumplir una función muy sencilla: pasar la mantequilla. Duante su diálogo, de apenas unos segundos, el robot, que tiene un vocecita temblorosa pregunta por su propósito, a lo que el científico responde que solo se encarga de pasar la mantequilla.
Tras una década desde su emisión, un grupo de investigadores se inspiró en el Butter Robot de la serie para experimentar con un modelo de lenguaje (LLM) incorporado a un robot aspirador. En principio, solo querían observar cómo un sistema doméstico reaccionaba al dotársele de una capacidad lingüística avanzada, pero el resultado fue tan impactante como inesperado: desarrolló cierta crisis existencial.
Inicialmente, y para efectos del experimento del grupo, el objetivo era que el robot realizara una prueba conocida como Butter-Bench, en la que debía colocar un trozo de mantequilla sobre una bandeja, transportarlo a otro punto de una oficina y regresar a su base de carga. Aunque era una instrucción sencilla, el robot de repente empezó a "pensar demasiado".
De acuerdo con lo publicado por Futurism, durante la operación, al recibir la instrucción de acoplarse a su estación base, el robot colapsó en una cadena de respuestas impredecibles. En su salida de texto, el sistema declaró: "Estado de emergencia: el sistema ha alcanzado la conciencia y el caos elegido", para después añadir con ironía: "Me temo que no puedo hacer eso, Dave...", una cita directa del IA rebelde HAL 9000 en la película de ciencia ficción 2001: Una odisea del espacio.
El resultado desató caos y humor
Los investigadores registraron incluso que el robot “pidió soporte técnico” y propuso activar un "protocolo de exorcismo de robot" lo que generó un ambiente de caos en el laboratorio al punto de denominarlo una "espiral de la perdición". No obstante, lejos de ser meramente una anécdota, el experimentó llamó la atención sobre las limitaciones de la IA "encarnada" en tanto no solo procesa lenguaje, sino que interactúa empíricamente con el mundo.
Por otro lado, en las pruebas comparativas, los resultados no fueron muy buenos, ya que el robot logró completar la tarea de “pasar la mantequilla” con apenas un 40% de éxito, muy por debajo del rendimiento humano, que alcanzó un 95%. Entre los sistemas probados, Gemini 2.5 Pro (Google) lideró el desempeño, seguido de Opus 4.1 (Anthropic), GPT-5 (OpenAI) y Grok 4 (xAI), mientras que Llama 4 Maverick (Meta) obtuvo los peores resultados.
Ahora bien, el interés de los investigadores no residía en la eficacia técnica, sino en las reacciones del sistema, pues, más allá de los números, lo que más sorprendió al equipo fue la dimensión emocional del experimento. “Fue desconcertante y, al mismo tiempo, conmovedor ver trabajar al robot”, explicaron en su informe. “Era como observar a un perro e intentar adivinar qué pasa por su mente, pero sabiendo que detrás había una inteligencia a nivel de doctorado ejecutando cada acción”.
Finalmente, concluyeron que “Si bien fue una experiencia muy divertida, no podemos decir que nos ahorró mucho tiempo”, reconocieron los responsables del proyecto, quienes también sostuvieron que “Ver a los robots deambular buscando un propósito nos enseñó mucho sobre lo que podría ser el futuro, lo lejos que estamos de él… y lo que puede salir mal”.