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La jugada del huésped que convirtió un Airbnb en una granja de criptomonedas, para desgracia de su dueño

Tras recibir una factura de 1.280 euros, tuvo que revisar las cámaras de seguridad para averiguar qué había pasado

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Representación de bitcoin, la criptomoneda más popular del mundoDreamstimeDreamstime

Lo que parecía un simple alquiler vacacional se convirtió en una historia viral. Una anfitriona de Airbnb en Estados Unidos recibió un recibo de la luz que superaba los 1.280 euros tras hospedar a un inquilino durante tres semanas.

No era un error de la compañía eléctrica, el consumo tenía una explicación. El inquilino había convertido la casa en un centro improvisado de minería digital, con varios equipos informáticos conectados día y noche, además de instalar un punto de carga para su vehículo eléctrico. El resultado fue un gasto eléctrico inusual que la anfitriona tuvo que reclamar a través de la propia plataforma.

Un alquiler convertido en un centro de minería digital

Según relató la propietaria, el huésped se marchó dejando la vivienda en orden, sin desperfectos y con una valoración positiva en la aplicación. Nada hacía presagiar que en el mismo periodo se había acumulado un consumo eléctrico tan elevado.

El problema llegó al recibir la factura eléctrica, que rondaba en torno a los 1.400 dólares (1.286 euros). Indignada, revisó las cámaras exteriores y descubrió que el inquilino había conectado a la red eléctrica hasta diez ordenadores para minar criptomonedas, además de instalar una base de carga para su coche eléctrico.

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La propietaria reclamó el gasto a Airbnb, quien aceptó cargar el importe al huésped, algo opuesto a sus normas, pero que en este caso era lo razonable. Al contrario de lo que podía parecer, este aceptó el cargo. También afirmó que había obtenido alrededor de 100.000 dólares en beneficios gracias a la minería realizada durante su estancia, lo que explicaría por qué no puso objeciones a la hora de asumir los costes de electricidad.

Como medida preventiva, la anfitriona decidió modificar las normas de su anuncio. Desde entonces, queda prohibido tanto minar criptomonedas como instalar estaciones de carga para vehículos eléctricos en la vivienda. Se trata de una decisión poco habitual, pero que busca evitar que el próximo alquiler termine con otra factura estratosférica.