Lo que debería haber hecho Apple, lo ha hecho Oppo

En la reciente cuarta Exposición Internacional de Diseño Industrial de China (CIIDE), Oppo presentó un diseño conceptual de un smartphone diseñado entre la firma china y el estudio de diseño japonés líder nendo, fundado por Oki Sato, nombrado diseñador del año en 2015 y un experto en unificar nostalgia y tecnología.

Se trata de un smartphone deslizante, según lo ha bautizado Oppo, que se abre en diferentes pliegues acorde con las necesidades del usuario. La idea surgió a partir de los diferentes usos que le damos al teléfono: mensajes, fotos, reproducir contenido audiovisual, grabar vídeos, etc. Por ello el “teléfono deslizante” se va abriendo para satisfacer todas estas necesidades hasta alcanzar un tamaño completo de 7 pulgadas mediante tres pantallas plegables.

El dispositivo no tiene, en apariencia, bisagras y tampoco han explicado, ni Oppo ni Sato, cómo consiguen esto y esta es una de las grandes dificultades. Pero se trata de una prueba de concepto, una exploración de lo que podría ser.

Al desplegar la primera parte del cuerpo se obtiene una pequeña pantalla, concebida para las funciones más sencillas, como leer un mensaje, acceder al control de reproducción de audio o historial de llamadas. La segunda pantalla abierta (3,15 pulgadas) permite visualizar lo que verá la cámara, hacer búsquedas rápidas de internet o tomar selfies. Finalmente la última pantalla, de siete pulgadas es la que permite visualizar películas, leer contenido y jugar videojuegos.

¿Lo veremos en la calle? Si bien la respuesta más probable es que no, lo interesante es la exploración. En tecnología, al contrario de lo que ocurre en ciencia, se puede (y a menudo se estimula) la capacidad de hacer lo inesperado sin contar con pruebas suficientes. En este caso, el primer obstáculo sería el grosor del teléfono, evidentemente muy delgado. Pero Oppo ya ha creado el teléfono 5G más delgado del mercado (el modelo Reno lo fue en su momento) y en 2012, cuando la mayoría de los móviles tenían un grosor de 0,90 centímetros, el modelo Finder de Oppo no sobrepasaba los 0,65.

También habría que explorar el espacio para la batería (algo que se podría reducir mucho gracias a gran parte de los procesos realizables en la Nube, conexiones wifi más eficientes, etc.), cuan potentes serían las cámaras y detalles como la resolución de pantalla. Pese a ello, lo interesante es que Oppo está creciendo: ya ocupa el quinto puesto a nivel global en venta de smartphones (detrás de Samsung, Huawei, Apple y Xiaomi) y está en el podio en China y en la India. Los cinco puestos a nivel mundial lo ocupan cuatro países asiáticos: uno de ellos con un bloqueo y otro, como Oppo, que aún no ha lanzado su estrategia a pleno en Europa y está considerando lanzarse en Estados Unidos. Si Apple quiere plantear una estrategia competitiva en el mercado de teléfonos, debería cambiar y atreverse a revolucionar, sobre todo teniendo en cuenta que desde hace cinco años vende cada vez menos teléfonos y este año las cifras han descendido a niveles de 2014. Es evidente que no puede dormirse en los laureles.