Telstar Arcade es una las videoconsolas más extrañas y repudiadas de la historia

La lista negra de las videoconsolas: las más extrañas y repudiadas de la historia

Si bien hoy parece que tan sólo existen la PlayStation y la Xbox, mucho antes llegaron otras tantas maquinitas que pasaron por las tiendas sin pena ni gloria. ¿Su mayor pecado? Ser demasiado adelantadas a su tiempo

La nostalgia es un negocio. Lo vemos cada cierto tiempo, cuando las marcas deciden recuperar algunas de sus icónicas joyas. Es verdad que los 90 vuelven a estar de moda y, claro, mucho de lo que hoy consumimos está aderezado con algunas dosis de esta década. ¿O acaso no ha visto riñoneras, estampados horteras y tamagotchis en los últimos meses? El mundillo de los videojuegos es uno de los que más se beneficia de ello: reediciones de consolas, materiales alternativos, merchandising oficial… De hecho, acaba de conocerse la noticia de una pasada unión que podría haberlo cambiado todo. En 1991, Nintendo y Sony sumaron fuerzas para crear la Nintendo Playstation, un ambicioso prototipo del que tan sólo se fabricaron 200 unidades. ¿Un proyecto conjunto entre las dos principales competidoras del sector? Sí. Pretendían revolucionar el ocio mundial, pero un desacuerdo hizo que finalmente quedase en papel mojado.

Ahora, 30 años después, seguidores de ambas multinacionales han resucitado la idea con bastante fervor. Quizá, porque entienden que esta es la única vía que tienen para reavivarla. Y, quién sabe, puede que en unos años podamos tenerla en nuestros hogares. Así es como, por ejemplo, el chocolate Nestlé Jungly ha vuelto a la vida. Éste murió ahogado entre tanta tableta. Aparecieron las rellenas de galleta o las complementadas con frutos secos. El número de alternativas se disparó y, entonces, el entusiasmo inicial con el que se acogió empezó a descender. Así, hasta que desapareció. Algo similar a lo que le pasó a una buena tanda de videoconsolas en nuestro país. Hoy, parece que sólo existen la PlayStation, la Xbox o la Nintendo Switch, pero mucho antes llegaron otras tantas que pasaron por las tiendas sin pena ni gloria. ¿Su mayor pecado? Ser demasiado adelantadas a su tiempo.

Apple Pippin
Apple PippinArchivo

Uno de los casos más rocambolescos es el de la Apple Pippin. Sí, antes de agitar la tecnología con los iPhone y los iPad, Steve Jobs intentó conquistar al público gamer. Ocurrió en 1996 y su presentación fue toda una declaración de intenciones: un híbrido entre consola y ordenador que, aunque despachó 42.000 cajas, resultó ser un fiasco. Hasta el punto, incluso, de considerarse uno de los peores productos de la historia. Su incómodo mando, el AppleJack, tuvo gran parte de la culpa. Un problema que también sufrió la FM Towns Marty de Fujitsu. En 1993, la marca de aires acondicionados apostó por uno de los aparatos con menos carisma del mercado. Su unidad de CD-ROM y su disquetera incompatible con cualquier PC de la época no fueron suficientes para su audiencia. Asimismo, su elevado precio y la falta de juegos atractivos provocaron su hundimiento definitivo. Aún así, distribuyeron 45.000 copias, la mayoría en Japón.

Nintendo Virtual Boy
Nintendo Virtual BoyArchivo

Trece años después, la empresa de juguetes Mattel realizó un movimiento que dejó ojiplático a cualquiera: lanzó una especie de caja virtual en la que se mezclaban tanto videojuegos como cartas coleccionables. Si bien es cierto que su precio apenas rondaba los 70 dólares, las salvajes críticas que recibió la fulminaron de repente. Tan sólo tuvo cinco títulos a lo largo de su corta historia: Ben 10, Interstellar Wrestling League, X-Men, Marvel Heroes y Spider-Man. Aunque para exotérica, la Nintendo Virtual Boy. Su pretensión era llevar la realidad virtual a un incipiente 1991, pero la jugada no funcionó bien del todo. Su diseño casi ortopédico y su falta de calidad no ayudaron nada. Como tampoco lo hicieron los constantes dolores de cabeza que producía a sus usuarios. Tanto es así que la compañía recomendó realizar pequeños descansos entre partida y partida para que la cosa no fuera a más. Su precio era una locura: 179,95 dólares.

Las mieles ‘gamer’

Los 90 fueron los años de Backstreet Boys, hotmail y VHS. Tampoco hay que olvidar que uno de los grandes placeres era pasar toda la tarde grabando canciones en los tan añorados cassettes. Eso sí, teniendo cuidado de que las pilas durasen todo el tiempo del mundo, pues las baterías apenas daban sus primeros pasos por aquel entonces. Cómo dolía que la Game Boy se fuese a negro en mitad de un combate Pokémon. Ésta supuso una de las grandes revelaciones del momento. Todos querían imitarla y, por supuesto, todos querían sacar su rendimiento económico. La WonderSwam de Bandai lo intentó con todas sus fuerzas y, oiga, casi lo consigue. Su bajo coste y su ínfimo consumo llamaron la atención de buena parte del público juvenil, pero rápidamente encontró un importante hándicap: la Game Boy Advance. Apareció justo cuando parecía que iba a despegar y todo volvió a cambiar. Dejó de fabricarse en 2003.

View-Master Interactive Vision
View-Master Interactive VisionArchivo

Esta maquinita tuvo adaptaciones de los juegos RPG de Squaresoft y se podía manejar tanto en horizontal como en vertical, por lo que los desarrolladores usaban el primer método para títulos de rol y el segundo para títulos de naves. Igualmente, algunos de ellos empleaban los múltiples botones para crear experiencias multijugador en la que cada individuo sujetaba la consola por un lado. Como si de un LEGO se tratase. La View-Master Interactive Vision, por ejemplo, acogió muchos detalles de estos minibloques de construcción. Sin duda, es una de las propuestas más turbadoras y desconocidas. Destacó, sobre todo, por su incomprensible diseño. Pero también por su complicado mando. Nadie sabía usarlo en 1989 ni, mucho menos, cómo conectarlo con los VHS y Betamax que se necesitaban para ponerla en marcha. Es curioso porque, ahora, Netflix quiere fabricar algo similar para sus series y películas.

Bally Astrocade
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ColecoVision
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¿Hubiera pensado lo mismo con la ColecoVision o la Bally Astrocade? Lo más probable es que no. Datan de 1982 y 1977, respectivamente. Y, como era de esperar, sus formas y funciones parecen sacadas de una serie de época. La primera fue la competencia directa de Atari 5200 y brilló por sus gráficos, así como por su sonido envolvente. Se vendieron en torno a seis millones de unidades en todo el mundo. Por cierto, ¿qué hacía una compañía que se dedicaba a las pieles lanzando una videoconsola? La segunda fue una rara avis para su momento. Quizás, por eso, nunca consiguió despuntar: a nivel de hardware era muy superior al resto y, además, permitía jugar a cuatro personas al mismo tiempo. Todo un golpe sobre la mesa que pasó de lo más desapercibido. Ni era la ocasión adecuada para su lanzamiento ni se le prestó la debida atención. Murió incluso antes de saborear las mieles gamer. Como todas sus compañeras.