Ainhoa Arteta cuenta en «El Hormiguero» su viaje durante el coma: «Me vi suspendida en el silencio»

Después de consolidarse como una figura televisivatras su paso por «Masterchef» o como miembro del jurado de «Prodigios», la cantante de Lírico más importante de nuestro país (Ainhoa Arteta) sufría el revés más duro de du vida. Después de pasar el covid, la cantante sufría un cólico nefrítico que traería muchas complicaciones. Da la casualidad de que además ella es intolerante a la penicilina y todo le acabó causando una septicemia. Para salvar su vida la tuvieron que inducir al coma, algo a lo que ella se resistió por miedo a que la entubaran, poniendo en riesgo sus cuerdas vocales. Finalmente, los sanitarios le salvaron la vida, aunque a causa de la medicación que tuvieron que aplicarla, perdería el dedo índice de una de sus manos.

Con optimismo y mucha actitud muestra sin complejos la amputación en su primera entrevista tras superar la enfermedad. No quiso perder la oportunidad de agradecer a todos los sanitarios que han estado con ella en este largo proceso, en el que ha pasado hasta cuatro veces por quirófano. «Yo cuando estuve en la UCI solo veía pasar batas azules por los pasillos y solo paraban tres minutos cuando algún paciente fallecía».

Pablo Motos le preguntó si durante su coma inducido vivió el viaje del que tanto suele hablar la gente. La cantante aseguró que sí y que no se trató de un sueño. «Me vi suspendida en el silencio absoluto hasta que pasó algo rojo y muy ruidoso, lo que yo entendí como el infierno». Motos aclaró que una encuesta dice que el cerebro en esos momentos acaba dándonos la razón y manifestando la creencia que siempre hayamos tenido, un túnel, un vacío, o el cielo.

Arteta no dudó en reconocer que más allá de la falange que ha perdido su mayor preocupación era perder la voz, algo para lo que se puso en manos del mejor doctor de las cuerdas vocales de todo el mundo. Aunque le dieron un plazo de recuperación de un año, volverá a cantar en un recital a finales de este mismo mes.