La entrevista
CEO de La Caña Brothers: «La vida de una productora es muy dura, no tiene estabilidad»
El realizador acaba de lanzar Imagine, comunidad de creadores y aceleradora
Por sus obras les conoceréis y si nombro al director de fotografía Adolpho Cañadas, al realizador Alfonso Cortés-Cavanillas y al periodista Juanjo López, probablemente se queden igual. Pero si enumero sus trabajos: «Zubiak», «Iñaki y el sexo en el futuro», «Miedo», «¿Dónde estabas entonces?», «Tabú» o «Deconstruyendo a Dani García», su estilo se desvela: La Caña Brothers. La famosa productora nace en 2010 y dicen levantarse «para contar historias». Cortés Cavanillas, CEO de LCB, que comenzó en «Informe Robinson» y estuvo en Canal Plus 16 años, nos confiesa que nunca quiso ser astronauta o bombero, porque yendo al colegio ya realizaba sus propias piezas y aunque no se considera buen vendedor nos desgrana el éxito de LCB y de su nueva idea, Imagine.
Canal Plus no fue mala escuela
Estaba en la parte de deportes que era muy innovadora. Empecé haciendo la NBA, entré en el 95, con Andrés Montes y tal, de hecho todavía no estaba Antoni Daimiel. Cuando pillamos la ACB, ponían travelling también de banda y me acuerdo en un partido de AllStar de la NBA que lo hicieron. Ahí, Andrés Montes, tenía una frase que me parecía fantástica: «Todo el mundo piensa que esto es la NASA, Canal Plus, y es una película de Alfredo Landa». Era porque todos íbamos con unas ganas brutales y eso para mí es parte de mi histórico.
¿Cómo se ha creado el inconfundible estilo de LCB?
Una vez hablando con Jorge Ortiz, cuando Canal Plus dejaba de ser Canal Plus y pasaba a ser Telefónica, y nosotros nos íbamos a hacer un viaje con Jon Sistiaga, que era como el último de la época de Canal Plus. Entonces yo me acuerdo que fuimos a comer con él, que fue cuando empezó «Tabú» y yo tenía una idea de hacer como una narrativa como de serie cinematográfica, pero no sabía cómo explicárselo. Le dije «este va a ser el primero de la nueva, de lo que va a venir después». Me dijo, «pero es el último». «Confía», le contesté y lo hicimos. Para mí «Tabú» es de lo mejor que he hecho en audiovisual. Y luego «Zubiak» y eso es porque alguien está confiando. Sí que buscamos narrativas diferentes, y lo hemos hecho ahora hasta con «Zasback», en Movistar Plus+ o con «Fugitivos»: intentar reformular el formato de alguna manera. Mucha gente graba muy bien también y se hacen producciones muy chulas, pero las cosas cambiarlas un poco aunque sea un formato parecido, pero darle una vuelta.
¿Un punto de vista distinto?
Ahí está la diversión; es intentar. Tienes que estar un poco enamorado del formato porque al final si te enamoras, se te mete en la cabeza y estás ya dándole vueltas. Pongo un ejemplo con «El crítico»: es de Juan Zavala, pero joder, le vas diciendo cosas que buscamos. De alguna manera se te mete como tuyo porque lo he disfrutado como si lo hubiese hecho yo. Hay algún formato que cuando lo vendía decía: «Si no lo hacemos nosotros, coged el formato y que lo haga alguien, porque a mí me gustará verlo». Yo lo he visto, en «Pesadilla en la cocina»: en ciertos formatos que pensarías, no sé, no son lo más, pero notas que hay un amor detrás, de gente trabajando con ganas.
La Caña Brothers va bien, ¿hacía falta «Imagine»?
La vida de una productora es muy dura, hay que decirlo. No tiene una estabilidad. Sé que mi vida va a ser una inestabilidad. Tengo que estar vendiendo ideas, productos, haciéndolos bien y eso te da una vida de seis meses. Hay una cosa que es muy simple: no sé cuánto va a durar La Caña. Igual dentro de medio año no existe porque no hemos estado acertados. Pero igual que Imagine, lo hemos creado, lo hemos empujado, lo hemos desarrollado todo. Lo que sí me preocupa es el día que esté pensando que mi economía me está marcando la vida. Creo que hay cosas que en este negocio no han sido buenas y creo que es bueno intentar abrirlo y que los creadores tengan sus derechos.
¿Por qué en contra del algoritmo?
El algoritmo es algo muy simple: lavarte los dientes todos los días, es algo que haces. Entra dentro del algoritmo. Si en lugar de vender bolígrafos que igual no usas todos los días, vendo cepillos de dientes que sé que es algo que vas a hacer todos los días. El algoritmo es una cosa informática que no tiene nada más que eso. No hay una base humana detrás. Un producto que no se lo come la máquina, simplemente esa ficha la lleva un humano y dice que es licencia creativa y se lo comen. Tiene que haber una persona que sea que asuma el riesgo. Una máquina no lo va a asumir.
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