Intercambio

Juan y Damián cambian las hormigas por el rosco de "Pasapalabra"

Los inseparables colaboradores de "El Hormiguero" visitan el concurso de Antena 3 para enfrentarse en un duelo tan cómico como competitivo

Juan y Damián cambian las hormigas por el rosco de "Pasapalabra"
Juan y Damián cambian las hormigas por el rosco de "Pasapalabra"Atresmedia

No todos los días las hormigas de Pablo Motos salen de su madriguera televisiva para cambiar el laboratorio de experimentos y chascarrillos por un rosco con premio. Juan Ibáñez y Damián Mollá, veteranos de "El Hormiguero" y voces oficiales de Trancas y Barrancas, han aparcado por un rato sus disfraces y guiones para probar suerte en "Pasapalabra", y lo han hecho sin disimular que, aunque la amistad sea de largo recorrido, cuando hay puntos en juego ninguno quiere quedar segundo.

El anfitrión, Roberto Leal, recibió a ambos con la mezcla de curiosidad y guasa que se reserva a invitados de la casa. El arranque ya dejó claro que no iba a ser un simple trámite. Entre bromas sobre exámenes secretos y sociedades misteriosas, Juan soltó que estaban preparándose para entrar en los “Iluminati”, provocando la réplica inmediata de Damián: “Tenemos enchufe, porque Pablo es uno de los que manda”. Una pulla amistosa que hizo sonreír a más de uno en el plató.

La competencia se notó especialmente en "La Pista", el juego musical donde debían adivinar una canción con pocas notas y muchas ganas. Los dos se enredaron en conjeturas disparatadas, probando títulos a ciegas y confirmando que la intuición melódica no es su fuerte. El momento cumbre llegó cuando, ya en la última pista, Leal tuvo que reformular el título. Damián se lanzó primero, falló por una palabra, y Juan aprovechó para encajar la respuesta correcta con precisión quirúrgica.

El gesto de Damián, reclamando sus “segundos perdidos”, fue una escena de comedia improvisada que encajaría perfectamente en cualquiera de sus apariciones nocturnas. Porque si algo quedó claro es que no necesitan guion para convertir un pique sano en un sketch.

Esta pequeña escapada a "Pasapalabra" también sirvió para ver a Juan y Damián en un registro distinto, sin hormigas de por medio, pero con la misma química que los ha mantenido más de una década como pareja inseparable de plató. Su complicidad no se resiente en la competición, aunque cada acierto del otro sea recibido con una mezcla de risa y resignación.

En verano, cuando muchos formatos bajan el ritmo, el concurso de Antena 3 aprovecha para invitar a caras habituales de la cadena que, por agendas, no suelen coincidir con el rosco. El paso de Juan y Damián confirma que, incluso fuera de su hábitat habitual, siguen teniendo la capacidad de animar cualquier pantalla en la que aparezcan, ya sea lanzando chistes internos sobre Pablo Motos o peleando por un par de segundos extra que, para ellos, parecen oro puro.