Se pone mejor

El giro narrativo más radical de "La Promesa" que cambia todas las reglas del juego

La serie diaria de La 1 prepara un movimiento audaz con impacto directo en los protagonistas y una nueva forma de mirar su universo

¿Hasta dónde llegará Curro en "La Promesa"? El capitán Lorenzo está en sus manos
¿Hasta dónde llegará Curro en "La Promesa"? El capitán Lorenzo está en sus manosRTVE

En un panorama donde muchas series diarias terminan cayendo en la repetición, "La Promesa" se permite una jugada valiente. La ficción de Bambú vuelve a usar un recurso que ya sorprendió hace casi dos años: un salto temporal que no solo altera el orden de los acontecimientos, sino que abre una nueva etapa en la historia. Lo llamativo es que este cambio no responde a un capricho estético, sino a una necesidad narrativa para renovar el interés sin perder la coherencia interna.

Y no es que en "La Promesa" hayan faltado sobresaltos. Desde la trágica muerte de Tomás hasta las tensiones en el frente de guerra con Manuel y Curro, la serie ha sabido jugar bien sus cartas dramáticas. Sin embargo, este nuevo paso va más allá del conflicto episódico. Se trata de una reformulación completa del tablero, donde personajes como Leocadia o Lorenzo, hasta ahora amparados por el tiempo, podrían comenzar a rendir cuentas por sus actos.

Lo curioso es que esta estrategia, más asociada a la ciencia ficción o thrillers de alto voltaje, encuentra en el melodrama de época un terreno fértil. El salto en el tiempo permite eludir lo previsible, acelerar consecuencias y plantar semillas para nuevas intrigas. No es una ruptura, sino una evolución: un modo de darle aire al relato sin traicionar su esencia.

La confirmación vino desde dentro. En el programa "RTVE Responde", Ana María Bordas, directora de Producción de Contenidos, soltó la pista sin querer contarlo todo. "Habrá un pequeño salto temporal en el que veremos cómo los villanos empiezan a pagar por lo que han hecho", dijo. Breve, pero suficiente para anticipar un cambio de ciclo. Un modo inteligente de mantener la fidelidad del público sin caer en fórmulas gastadas.

No hay fecha concreta, ni detalles cerrados. Pero si el precedente sirve como referencia, podemos esperar una remodelación profunda de las relaciones entre personajes, reencuentros marcados por la culpa, y algún que otro ajuste de cuentas pendiente. Porque si algo ha dejado claro "La Promesa" en estos años es que nadie queda indemne y el pasado siempre pasa factura, aunque sea con retraso.

Con esta maniobra, Bambú vuelve a demostrar que una serie diaria también puede arriesgar. Sin necesidad de efectos especiales ni cambios de formato, el verdadero impacto está en cómo se reordena el relato y lo que eso significa para quienes lo habitan. Si funciona tan bien como la primera vez, los nuevos episodios no solo mantendrán el interés: podrían marcar un nuevo punto de inflexión en la ficción diaria de RTVE.

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