«Objetivo: París»: la ciudad de la luz no se gana en ocho horas

El ministro de Defensa francés, Nicolas Bardin acaba de hacerse pis en los pantalones delante de parte del MI6 y diplomáticos en la embajada británica en París, tras ser asaltada por un grupo armado hasta los dientes. Así de intensa es la acción que ofrece desde este domingo en Movistar Plus+ la primera temporada de «Objetivo: París» («Paris Has Fallen»). Se trata de la adaptación a serie de la saga de películas protagonizada por Gerard Butler protegiendo la vida del presidente de los Estados Unidos como agente del servicio secreto.

Giros de guion

En la serie, de ocho episodios y producida por StudioCanal y el mismísimo Gerard Butler, ya pasan cosas antes de que se cumplan cinco minutos de metraje. En ese lapso de tiempo, un grupo terrorista liderado por Jacob Pierce (Sean Harris), excapitán de la Legión Francesa, irrumpe en un importante evento organizado en la embajada británica en París. Su objetivo es el ministro de defensa francés (Nathan Willcocks), pero su guardaespaldas, Vincent Taleb (Tewfij Jallab), y una agente del MI6, Zara Taylor (Ritu Arya), frustran sus planes. Ya les digo yo que esa primera escena es un resumen perfecto del tipo de serie que estamos viendo. Es una mezcla intensificada de las tramas de «24», por su condición capitular y la inclusión de un centro de mando al uso para controlar la situación, pero también bebe directamente de la saga de películas que le ha dado el nombre. Incluso hay detalles muy de estilo con el éxito «Guardaespaldas» (2018). El malo es muy malo («Misión Imposible») y tiene un plan retorcidamente elaborado para hacer saltar todo por los aires, por eso su plan tiene varias partes. Vincent y Zara se verán obligados a trabajar juntos en una situación que los supera, sobre todo cuando comienzan a sospechar que alguien de los servicios de seguridad está filtrando información al enemigo. A partir de ahí, solo podrán confiar el uno en el otro. Pero eso también es complicado puesto que ambos tienen secretos y mientras el agente del servicio secreto hace llamadas de altos vuelos, la relaciones públicas parece que sabe más cosas de las que cuenta. En una carrera contra reloj, cada vez más aislados y con los terroristas siempre un paso por delante de ellos, ¿serán capaces de salvar París de la venganza de un hombre sin nada que perder? De momento hay mucha acción y un gran despliegue que incluye persecuciones con la ciudad de la luz como protagonista.

Pero la serie no se queda en la acción y los protagonistas comienzan una búsqueda que caracterizaba a las dos siguientes partes de la película ofreciendo viajes en el metraje. A medida que cavan en el fango de la conspiración, las flechas de la culpabilidad apuntan hacia esferas más altas de del Gobierno. Por eso aunque conserve una linealidad y uniformidad con otras series de su género, el espectador no debe descuidarse porque los giros de guion suceden en cuestión de minutos, y la ficción francesa tiene atisbos crueles e impactantes de «Black Mirror». Completa el reparto la presidenta francesa Juliette Levesque (Emmanuelle Bercot). Creada por el ganador del Bafta Howard Overman («Misfits»), dirigen la serie Oded Ruskin («Las gotas de dios»), y Hans Herbots («La serpiente»).