
Estreno
Tanto peca el que mata como el que tira de la pata
SkyShowtime acaba de estrenar esta miniserie polaca sobre un asesino en serie en Varsovia y quienes le persiguen

Piotr Langer es un hombre de éxito. Filántropo, hombre de negocios, «gentleman» de éxito y asesino en serie, campa a sus anchas matando mujeres jóvenes y destripándolas, haciendo cundir el pánico en la capital polaca, Varsovia. Tras la pista de los asesinatos, una agente de la ley que hará lo que sea necesario para acabar con el astuto sociópata. Este es el comienzo de la miniserie de seis episodios «Langer», que acaba de estrenar la plataforma SkyShowtime, y que está inspirada en la novela del mismo título del exitoso escritor polaco Remigiusz Mróz.
Piotr (Jakub Gierszał) acude a una subasta benéfica de su fundación y allí se encuentra con la horma de su zapato. Nina (Julia Pietrucha), una mujer fascinante, entra en la vida del asesino con una interesante propuesta. Entre ellos surge rápidamente una química inusual que nos prepara (o casi) para lo que vamos a ver. En el camino conoceremos a Karolina «Siarka» Siarzewska, la policía encargada por el fiscal general de Varsovia para hacer todo lo posible por frenar la ola de crímenes de mujeres rubias y delgadas que acaban abiertas en canal y con los órganos extraídos. Su jefe directo, Olgierd (Piotr Adamczyk), es más que escéptico ante las dudas de la culpabilidad de Piotr. La serie tiene reminiscencias muy claras de «Dexter». No hay más que ver la tranquilidad e impunidad con la que el asesino elige y acaba con sus víctimas. Todos recordamos una sala «especial» con todo lo necesario para que perpetre sus crímenes, que son especialmente violentos. Apodado por la prensa como «Osiris» por su ritual de extraer los órganos, desde el principio se da cuenta del juego de Nina, una agente encubierta, que está trabajando conquistando y ganándose la confianza de Piotr. Pero nada es lo que parece en «Langer», a pesar de que el protagonista se atavíe con un traje transparente antimanchas de sangre o empuñe una maza para golpear a sus víctimas.
Ya sea por su extensa carrera de asesino, Langer es heredero de una empresa familiar y su personalidad le ayuda a llevar una doble vida. Es narcisista, perfeccionista y hasta muy correcto, pero todo eso no es sino una tapadera de sus auténticos motivos para lo que hace. Gierszal hace un trabajo muy completo para mostrar nada o casi nada de empatía o cualquier emoción que no sea excitación. A veces, la serie es un poco confusa y sin permiso nos traslada atrás en el tiempo para contextualizar el bagaje emocional de cada personaje. Porque Langer no solo llegará a mostrarnos toda su oscuridad, sino que incluso se permitirá el lujo de hallar la oscuridad en los demás. Su mente trabaja constantemente para no dejar cabos sueltos ni física ni mentalmente. Hasta el espectador se acostumbrará a los escenarios sangrientos o a las costuras en el abdomen. Y es que la impunidad de los actos de Piotr pasa por varias fases que van desde la fantasía a la irrealidad.
Saltos confusos
El thriller, que a veces roza el terror psicológico, establece una ambientación, ayudado por las vistas de Varsovia, que levantará del sillón al espectador más preparado. Los giros de guion sorprenderán a la audiencia y pueden dejarla al borde del desasosiego. No dejen de intentar verla hasta el final por mucho que parezca que se retrasa, aletarga o incomoda.
La serie, sin embargo, no desarrolla los personajes de la misma forma que la novela, y el espectador notará saltos que le impedirán por completo tener una visión global de las motivaciones de cada uno de ellos. Tendrá la sensación de que le falta información. El intento por encajar toda la obra en seis episodios ha obviado algunas subtramas que los lectores echarán en falta. También han sido fundidas varias tramas secundarias y se han recortado personajes. Si hay que destacar algo, es el juego psicológico que se establece entre Piotr y Nina, y en ocasiones veremos cómo se borran las barreras existentes entre un asesino en serie y un agente de la ley. Son dos maneras distintas de enfrentarse a realidades decepcionantes. El thriller acaba convirtiendo de manera involuntaria al asesino en pseudohéroe y arma una maraña argumental que incluye maltrato animal, relaciones familiares y una gran conspiración que se desborda en los minutos finales. Los capítulos de 42 minutos hacen que «Langer» sea de fácil digestión por si alguien quiere acercarse a la mente retorcida del ser humano, a ambos lados de la ley.
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