El SOS del tenis español después de la «generación Nadal»

Las luces de la Caja Mágica no ocultan las sombras que se ciernen sobre el tenis español. El aviso lo lanzó Nadal como un coitus interruptus en la celebración de la sexta Ensaladera. «Tenemos ya una edad y necesitamos un relevo. Por suerte estamos ganando, pero confiamos en los jóvenes que vienen porque a nosotros se nos va acabando la vida deportiva. Hay que confiar que España saque jugadores», afirmó el número uno del mundo. Esa confianza en los jóvenes de la que habla Rafa no tiene, por ahora, razones de peso. Sólo hay una raqueta española menor de 20 años (Nikola Kuhn) entre las 500 mejores del mundo. El único veinteañero en el top 100 es Alejandro Davidovich que hace dos años fue campeón junior de Wimbledon. Y de los cinco jugadores que viven en el «top 50» sólo Pablo Carreño es menor de 30 años.

«Es imposible que vayamos a ver otro como Rafa. Pero no es sólo eso. Desde el año 93 cuando Bruguera –el actual capitán de la Davis– ganó su primer Roland Garros tenemos una media de 14-16 jugadores entre los 100 primeros del mundo. Tenemos varios ganadores de Grand Slams y está Rafa. Eso es muy, muy difícil que vuelva a pasar. Lo anormal es estar 30 años seguidos teniendo jugadores top y ganando los torneos más importantes», asegura Juan Avendaño, miembro del G-3 que ganó la segunda Davis para España.

Ya en 2011, en Sevilla, antes de la intensa noche con que se celebró la quinta Ensaladera, el grupo que lideraban Nadal y Ferrer habló de «fin de fiesta». Nunca llegó a producirse. La media de edad de los campeones de Madrid supera los 32 años. El finalista, Canadá, empleó en la final a un jugador de 20 años (Shapovalov, 15 del mundo) y a otro de 19 (Aliassime, 21). «Hay que disfrutar este momento porque no sabemos cuánto tiempo más nos va a durar esta maravillosa generación. La gente tiene que saber que lo que viene detrás no va a ser lo mismo», afirma Jordi Arrese, el capitán del título en 2004.

En las nuevas generaciones no se vislumbra un jugador capaz de competir con los Tsitsipas (21 años), Zverev (22), Shapovalov, De Miñaur (20), Aliassime, Ruud (20) o Sinner (18). «Hemos sido una potencia mundial dentro de este deporte y para seguir siéndolo no queda más remedio que la Federación apoye», es el recado de Toni Nadal a la RFET.

Miguel Díaz, el presidente de la Federación, defiende que «hay grandes jugadores en la élite y podemos ganar más Ensaladeras, pero se necesita que venga detrás». Y ahí es dónde cuesta encontrar una luz. «Tenemos que acostumbrarnos a que no todas las generaciones de jugadores van a ser como la que hemos tenido desde hace muchos años porque va a ser lo habitual a partir de ahora. Llegará una sin jugadores del más alto nivel y lo tendremos que pasar como les ha sucedido a otros países fuertes tenísticamente como Estados Unidos, Suecia e incluso Australia. Los suecos ahora creo que tienen sólo dos entre los 100 primeros y antes han tenido a gente de la talla de Borg, Edberg, Wilander...», comenta Avendaño.

No es que no se vislumbre un nuevo Nadal. Tampoco un Bruguera, un Moyá, un Corretja, un Albert Costa, un Ferrero, un Ferrer, un Feliciano, un Verdasco... Y en la misión para la búsqueda de un relevo también está implicado el número uno del mundo con su Rafa Nadal Academy y un circuito juvenil de torneos. Todo para que los Jaime Munar, Alejandro Davidovich, Pedro Martínez, Carlos Taberner, Bernabé Zapata, Nicola Kuhn, Javier Barranco o Carlos Alcaraz puedan disimular el vacío que se avecina con el adiós de la «generación Nadal».