Ferias taurinas
Ferrera, picador y banderillero
Un puyazo medido, corto, y de precisión milimétrica en toda la yema nos regaló Ferrera ante el tercero. Fue el primer golpe para echar a rodar una tarde llena de emociones. Insaciable. Inacabable. En cada minuto ocurría algo más y todo con un sentido.
Herido ya en el quinto, cosido y de nuevo en el ruedo, no volvió la cara Ferrera ni al tercio de banderillas y sacó a Adalid y Fernando Sánchez, la cuadrilla de Castaño. Gran tercio. Vibrante espectáculo. Ya se habían desmonterado antes junto con Galán. Sobraron los argumentos en el ruedo y hubo, sobre todo, personalidad. Abrumadora. Se agradece. Eso también es el toreo.