Lima

Un aficionado ejemplar, el adalid de la Fiesta

Don Juan Carlos presidirá mañana su última Corrida de Beneficencia como Rey en una muestra más de su perenne apoyo a la Tauromaquia

Morante, José Tomás y Manuel Caballero charlan con el Rey en la Beneficencia de 2002
Morante, José Tomás y Manuel Caballero charlan con el Rey en la Beneficencia de 2002larazon

Aficionado de los pies a la cabeza, Don Juan Carlos I de Borbón siempre ha presumido de una de sus grandes pasiones: la Tauromaquia. Allí donde había un cartel rematado, siempre que la ajetreada agenda lo permitía, allí estaba el Jefe de Estado. Las Ventas, El Puerto de Santa María, Barcelona, las Maestranzas de Sevilla y Ronda o incluso al otro lado del Atlántico en la plaza de toros peruana de Acho en Lima. Daba igual barrera, su lugar predilecto cuando el protocolo no manda presidir el festejo, o el Palco. Precisamente, en esta ubicación, el Palco Real de la plaza de toros de Las Ventas, presidirá mañana su último Corrida de la Beneficencia –tradicionalmente el cartel más importante y rematado del año–. Anunciadas, tres de las figuras más importantes del escalafón actual: Julián López «El Juli», Iván Fandiño, uno de los dos espadas que ha abierto este año ya la Puerta Grande, y Alejandro Talavante, que acumula cuatro salidas a hombros en las últimas temporadas. Las reses pertenecerán a la ganadería de Alcurrucén, propiedad de los Hermanos Lozano, gestores del coso de la calle Alcalá durante tres lustros.

Un periodo amplio que da para muchos paseíllos de triunfo, de sangre, de gloria, de decepción. Don Juan Carlos, recibido siempre con una calurosa ovación por el público tras escuchar los acordes del himno nacional, estuvo en todos ellos derrochando esa afición inculcada por una gran aficionada y «Currista» hasta la médula: su madre, Doña María de las Mercedes de Borbón y Orleans.

«Siempre apoyaré la Fiesta de los toros, porque de ella nace un mundo cultural y artístico fecundo». Estas fueron sus palabras al ser preguntado durante su última aparición en un coso español. Fue hace año y medio. En pleno agosto. Dentro de los actos de homenaje a la Constitución y las Cortes de 1812. Su Majestad presidió entonces el festejo de dicho bicentenario en El Puerto de Santa María (Cádiz). Fue el penúltimo de muchos paseíllos. En multitud de ellos, acompañado de su hija.

La Infanta Doña Elena ha sabido recoger el testigo de su padre y tanto sus presencias en Las Ventas como sus guiños a la Fiesta son constantes. La última de ellas, el pasado 21 de mayo, durante la Tradicional Corrida de la Prensa, otro de los festejos marcados en rojo por su progenitor. También su hijo, el heredero al trono, Don Felipe de Borbón le ha reemplazado en varias ocasiones en el tendido o presidiendo algunas festejos. El añorado y recientemente fallecido Adolfo Suárez, el escritor y Premio Nobel Mario Vargas Llosa, toreros como Manuel Benítez «El Cordobés» y Curro Romero, ganaderos Samuel Flores y Victorino Martín padre... Cualquier compañía fue buena para presenciar y disfrutar de una tarde de toros.

Por este motivo, la abdicación real también se convirtió en la gran noticia del día para el planeta taurino. Las reacciones no se hicieron de esperar, porque para figuras de leyenda como Sebastián Palomo Linares «se trata de una una pieza clave para el modelo democrático actual y que se erigió como cabeza visible para tranquilidad de todos los españoles». Para Curro Vázquez resultó «un placer compartir charlas de toros con él». «Tiene un gran conocimiento de la lidia, que ha mamado de su madre y que ha intentado cultivar cada vez que puede», comentó el torero madrileño y apoderado tras conocer «una noticia que ha sorprendido a todos». Su torero, Alejandro Talavante, fue más allá y no dudó en definirle como «un incondicional de la Fiesta que, con su presencia y su imagen, ha ayudado a aunar un poco más al mundo del toreo». Mientras, Juan José Padilla, con el que comparten mutua amistad por la familia Suárez, destacó «el gran cariño que demostró en los momentos difíciles».

«Después de la gravísima cornada en Zaragoza, salió toda su humanidad, su cercanía, y se preocupó por mi estado de salud, por mi recuperación y mi carrera profesional», recordó sobre un interés que le llegó a «emocionar». Iván Fandiño, a escasas horas de torear en esa última Beneficencia como Rey de Don Juan Carlos, agradeció su enésimo guiño a los toros y le deseó «mucha suerte en su nueva vida». «Como hombre que cree en la democracia, tengo el máximo respeto por su figura y por la decisión de dejar la Corona en manos de su hijo». «Don Felipe de Borbón» que, para Victorino Martín, «supone un nuevo aliento de esperanza en el que se confía para seguir apoyando la Tauromaquia».

España despide a un Rey estos días. Permanece el aficionado. Por derecho. De los de verdad. Que su incansable y admirable pasión nos dure a todos igual.