Viajes

Coronavirus: Ahora puedes visitar los safaris de África a través de estas webcam en directo

Viviendo el confinamiento, estamos descubriendo novedosas formas de viajar sin movernos desde el sofá de casa. Ahora es posible visitar un puñado de safaris africanos sin movernos del salón y sin miedo a que nos devoren los leones.

safari Kenia
safari KeniaJulio Castro

Somos unos afortunados por vivir la época que nos ha tocado. La medicina está mejor preparada que en ninguna de las epidemias anteriores. Vivimos tiempos de paz en Europa, de los más largos que hemos tenido. Hemos creado un mundo unido, solidario. Y la tecnología ha entrado en nuestras casas para facilitarnos la apatía que suponen días enteros encerrados entre cuatro paredes. Hoy sale al rescate de una manera increíble: es posible ver safaris en el corazón de África, en vivo. Numerosos safaris ofrecen la oportunidad de entrar en sus terrenos sin necesidad de llegar hasta ellos, y en realidad es una manera estupenda de conocer ciertas costumbres y actitudes de los animales que conforman la exótica fauna africana. Aunque también tiene truco. Los animales no están pendientes de la cámara y hay veces que no vemos nada, apenas un río vacío o el pedazo de tierra que graba fijo el objetivo. Hace falta paciencia, como en los safaris reales, para deleitarse con los pasos bamboleantes de una manada de elefantes, o apreciar la nobleza del león dominante. Paciencia, es la palabra del momento. Para salir de casa y descubrir los misterios de la naturaleza.

Estas cámaras son algo parecido a un Gran Hermano pero en versión calmada. Aquí nadie grita ni se pelea por hacerse un hueco en las portadas. Aquí las peleas son por el territorio, por llevar carne fresca a la familia. Aquí se pelean por sobrevivir.

Cámaras en Zimbabue, Sudáfrica, Kenia, Tanzania, Mozambique... No hace falta coger (ni pagar) un avión para disfrutar de algunas esquinas que parecen al alcance de un puñado de afortunados. Vamos a sentarnos en el sofá, relajarnos con una bebida fresca y jugar a ser Félix Rodríguez de la Fuente por un día.

Ya sea para ver elefantes comentando sus secretos de espaldas a la cámara.

Hienas jugando y riéndose descaradamente del reino animal y sus vaivenes.

Rinocerontes y leones descansando en sus escondites.

Bandas de monos, como capos de la mafia italiana, haciendo suyos los árboles de la sabana.

Gacelas de piernas quebradizas bebiendo del lago con un ojo atento por si salta el cocodrilo con la boca abierta.

Pájaros que no imaginamos que existían, tan solo en la inconsciencia de los sueños, revoloteando con una prisa inexplicable.

Hipopótamos revolcones, guepardos ocultos tras marañas de arbustos, zebras paseando coquetonamente.