Viajes
Si quisiera ver momias me iría a las Canarias
No hace falta ir a Egipto para conocer las fascinantes técnicas de momificación: basta con visitar las momias guanches en Tenerife
¿Por qué beber Coca-Cola en lugar de Pepsi? ¿Por qué comprar un IPhone en lugar de un Samsung? ¿Por qué viajaríamos a Egipto para ver las momias, o visitaríamos museos londinenses, cuando podemos coger un avión rápido y más barato a las Canarias? Son las respuestas a este tipo de preguntas quienes demuestran la importancia de la publicidad sobre cualquier producto. La publicidad genial de Coca-Cola no convierte sus burbujitas en unas de mejor calidad que las de Pepsi, más gaseosas, ni facilitan los anuncios el uso del IPhone sobre un Samsung. Sencillamente se limitan a adelantarse a los deseos del receptor, esto es, la publicidad genera nuevos deseos y señala la dirección que deben seguir, no necesariamente guiados por la calidad (aunque debo reconocer que prefiero la Coca-Cola).
Entonces deberíamos resistirnos a la publicidad y, de buscar momias, momias conservadas en un estado excelente, de las de verdad, no tendríamos que tramitar las visas y los seguros de viaje y el pago desorbitado de billetes y la ropa especial para el desierto. Bastaría con coger un vuelo a Tenerife y meter el bañador en la maleta.
Los misteriosos guanches
Este súbito cambio de rumbo a la hora de buscar momias se lo debo al documental que Televisión Española estrenará este miércoles, 18 de noviembre, a las 22 horas en La 2. Un imprescindible. Si no para verlo en el momento, para grabarlo y disfrutarlo la tarde del domingo. Quiero decir que hasta que TVE, Story Producciones, el Museo Arqueológico Nacional y el Grupo Quirón, entre otras instituciones, decidieron llevar a cabo el colosal proyecto que se describe en su nuevo documental Las momias guanches, había vivido en la oscuridad y la ignorancia en cuanto a momias se trataba, y solo tenía ojos para Egipto o, en todo caso, las conocidas momias de Sicilia.
Este documental sucede a una primera entrega, La momia dorada - que resultó galardonada en el año 2019 con numerosos premios internacionales de Cannes y Nueva York - y se estrena como resultado de cinco años agotadores de investigación. Hasta 20 momias guanches han sido estudiadas durante este tiempo, se les han hecho preguntas incontables, los investigadores han acercado su oído a los labios apergaminados, han escuchado con atención y apuntado cada susurro en sus papeles, han interrogado todavía más intensamente. Utilizando tecnología puntera, una respuesta tras otra, han conseguido descorrer un denso manto de misterios que cubría la apasionante cultura guanche. Misterios de verdad. Aquellos que solo la ciencia es capaz de desentrañar con sus complejos accesorios, para maravilla y estupefacción incluso de magos y hechiceros.
Por ejemplo han conseguido especificar con total precisión el origen de los guanches, además de encontrar una explicación sobre cómo pudieron llegar a las Canarias sin conocer las técnicas de navegación. Durante mil quinientos años vivieron en las Canarias, aislados del mundo, recluidos en una Edad de Piedra, momificando a sus difuntos con una serie de técnicas (va a decirse) superiores a las egipcias. Mil quinientos años de misterios por descifrar.
Las momias guanches
Volviendo al asunto de los IPhone, este documental es genial porque lo tiene todo, igual que el smartphone: detalles desconocidos hasta la fecha sobre las costumbres guanches, sus técnicas militares, su metodología a la hora de momificar a los difuntos, sus orígenes y religiones... Incluso queda tiempo para abrir la puerta a un misterio todavía por resolver, el de La cueva de las mil momias. Esta cueva mítica narrada por exploradores ingleses y castellanos ha sido objeto de búsqueda por parte de centenares de expertos en los últimos tres siglos, se dice que en su interior se encontraban hasta mil cuerpos momificados. No es tarea del documental encontrarla pero sí consigue sembrar un puñado de nuevas pistas para goce del espectador.
Resulta curioso saber que entre un 7% y un 8% de la población guanche anterior a la aparición castellana murieron de una pedrada en la cabeza. Y que, a diferencia de las momias egipcias, las guanches no han sido desvisceradas, sino que mantienen intactos sus órganos internos en el interior del cuerpo, mil años después. Que un hombre recogía en cambio algunas partes de las entrañas de los manceyes (los reyes guanches) fallecidos y se arrojaba con ellas al mar, para morir y llevar así los mensajes de los vivos al mundo de los difuntos. Los porqués, los cómo, los cuándo, los detalles asombrosos que convierten los hechos en misterios son resueltos en este excelente documental.
Y más cositas que no debo decir para no destripar Las momias guanches al lector. No me perdonaría desvelar los misterios antes de tiempo. Pero teniendo en cuenta que en torno al 50% de los canarios tienen sangre guanche y un buen número de los habitantes peninsulares contamos también con breves trazas de su mágico ADN, digo yo que tendrá sentido conocer nuestro orígenes antes que los egipcios. De la misma manera que nunca elegiría un Burdeos en un viaje a La Rioja.
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