Viajes

¿Cuánto tardaríamos hoy en dar la vuelta al mundo en 80 días?

Doha, Suez, Bombay, Calcuta, Kuala Lumpur, Hong Kong, Manzanilla y Nueva York son algunas de las ciudades de ensueño que atravesaríamos en esta aventura única

Dar la vuelta al mundo sin coger un avión costaría en torno a 12.000 euros.
Dar la vuelta al mundo sin coger un avión costaría en torno a 12.000 euros.MichaelGaidapixabay

En algún momento de 1870, el genial escritor Julio Verne comenzó a dar forma a una idea extraordinaria. Posiblemente basado en un artículo que publicó ese mismo año - en la vida real - el diario francés Le Magasin Pittoresque con motivo de la apertura del canal de Suez, decidió escribir una novela donde su esperpéntico protagonista, Phileas Fogg, daría la vuelta al mundo en 80 días para demostrar a los carcas del Reform Club que semejante aventura era posible, calculada al milímetro. Al poco de empezar su emblemática novela, Julio Verne muestra al lector el itinerario a seguir para circunvalar el globo en un periodo de tiempo tan reducido, y los medios de transporte que deberían utilizarse en cada etapa.

De Londres a Suez, por el Monte Cenis y Brindisi, por ferrocarril y paquebotes (barco a vapor): 7 días.

De Suez a Bombay, en paquebote: 13 días.

De Bombay a Calcuta, por ferrocarril: 3 días.

De Calcuta a Hong Kong, en paquebote: 13 días.

De Hong Kong a Yokohama (Japón), en paquebote: 6 días.

De Yokohama a San Francisco, en paquebote: 22 días.

De San Francisco a Nueva York, por ferrocarril: 7 días.

De Nueva York a Londres, en paquebote y ferrocarril: 9 días.

Total: 80 días.

Ya adelanto al lector que seguir la ruta idéntica que nos propuso Julio Verne es imposible a día de hoy, aunque se haga utilizando medios de transporte marítimos más convencionales que el barco a vapor. Lo que nos proponemos hacer aquí es imitar en la medida de lo posible el itinerario que Phileas Fogg se dispuso completar (aunque su viaje sufrió mil reveses y terminó realizando una ruta absolutamente distinta, con viaje en globo incluido), deteniéndonos en los mismos puntos donde él quiso detenerse y, por supuesto, sin coger un solo avión. La duda que crece es evidente: ¿se tardaría más o menos en recorrer el mundo por medios terrestres en el siglo XXI? Y lo peor: ¿cuánto dinero nos costaría semejante aventura?

De Londres a Suez

Aunque todavía existen medios de transporte terrestres que llevan de la capital británica hasta Brindisi, la ciudad italiana desde donde Phileas Fogg pretendía coger un barco con destino a Egipto, ya no es posible embarcar aquí en un navío con dirección al canal de Suez. Por el contrario habría que intercalar diversos trenes y autobuses hasta llegar a otra ciudad italiana, Tauro, desde la cual podríamos colarnos en un barco que nos lleve a Suez. Tardaríamos 5 días en cubrir esta etapa y gastaríamos cerca de 500 euros.

De Suez a Bombay

Otra vez, ya no existe un barco que nos lleve directos desde Suez hasta Bombay. En su lugar tendríamos que conducir 33 horas a través del desierto de Arabia Saudita (lo que equivale a tres días y medio de viaje, conduciendo diez horas diarias) hasta llegar a la mágica, moderna y sorprendente ciudad de Dubái. Desde aquí sí que podríamos subir en un crucero con destino a Bombay. Un crucero de nueve días de duración que retrasaría los tiempos de nuestro viaje por culpa de las paradas obligadas en Doha, Al Manamah y Khasab. En total serían 13 días más de viaje por el terrorífico precio de 4.000 euros.

Nuestro periplo nos llevaría a visitar el Burj Khalifa en Dubai, la torre más alta del mundo.
Nuestro periplo nos llevaría a visitar el Burj Khalifa en Dubai, la torre más alta del mundo.Kamran JebreiliAP

De Bombay a Calcuta

Aquí no habría cambios. Es más, conseguiríamos recortar unos valiosos días en nuestro itinerario gracias al sofisticado (aunque peligroso) sistema ferroviario indio. Únicamente necesitaríamos subir al tren directo que lleva de una punta a otra de este país fantástico, y en cuestión de 1 día y 8 horas, por el módico precio de 25 euros, daríamos con nuestros pies en el extremo oriental de la India.

De Calcuta a Hong Kong

Complicado. En primer lugar resulta físicamente imposible ir en barco de Calcuta a Hong Kong, como no nos infiltremos de polizontes en un navío de mercancías que Dios sabrá cada cuanto sale. Haría falta buscar una ruta alternativa. Atravesar un enorme bocado del continente asiático por carretera sería una opción de no ocurrir que Myanmar, uno de los países que deberíamos atravesar, está a día de hoy en guerra. Por tanto la opción más sensata sería coger un barco que nos lleve a Kuala Lumpur, en Malasia, tras cinco días de viaje. Y ahora sí, una vez salvado el obstáculo de Myanmar, subirnos al coche que se atreva a recorrer los 2.500 kilómetros que nos separan de Hong Kong. 50 horas de viaje. Cinco días de barco a Kuala Lumpur y cinco más hasta Hong Kong, harían diez días de aventura asiática por el precio de 1.300 euros.

De Hong Kong a San Francisco

Agárrate que vienen curvas. En este momento de la aventura nos encontramos con dos opciones posibles. En cualquiera de los dos casos deberíamos tirar de pericia viajera y contactar con la compañía Freighter Cruises, una divertida empresa que permite a viajeros comunes embarcar en los barcos de carga que atraviesan el Océano Pacífico, los únicos buques que realizan esta ruta a día de hoy, a falta de cruceros o ferries de pasajeros. La primera opción, si queremos pasar por Japón como estipula nuestro manual, significaría tomar un carguero desde Hong Kong hasta Manzanillo, México, pasando por la maravillosa ciudad de Tokio. Tras esto subiríamos por tierra hasta San Francisco. Significando un total de 25 días en barco por 100 euros al día y tres días y medio por carretera, desembolsando la friolera de 3.000 euros.

La segunda opción es más económica porque iría directa desde Hong Kong hasta Los Ángeles y desde allí podríamos subir en tren a San Francisco. Rebajaríamos nuestro viaje en diez días y varios cientos de euros. Sin embargo, a la hora de ser fieles al recorrido estipulado por Julio Verne haremos tripas corazón, y, aprovechando que leer o escribir este artículo no cuesta un centavo, escogeremos la ruta más ajustada a la ficción, aunque también sea la más cara.

Hong Kong supondría una parada clave antes de cruzar el océano Pacífico.
Hong Kong supondría una parada clave antes de cruzar el océano Pacífico.1201pixabay

De San Francisco a Nueva York

Fácil, por una vez. Bastaría pagar 200 euros para subir al tren directo que nos lleve desde uno a otro lugar en 3 días y siete horas. Nótese la abismal diferencia de precio con respecto a nuestro periplo en la India.

Desde Nueva York a Londres

Al igual que ocurrió a la hora de cruzar el Pacífico, actualmente no es nada fácil encontrar un barco que nos lleve al otro lado del charco. Nuestra mejor baza sería el famoso Queen Mary II, el crucero de lujo que pretende rememorar los años en que decenas de ricachones europeos y norteamericanos viajaban desde Londres hasta Nueva York mientras rezaban por que no les ocurriera como a los Smith en el Titanic. El resultado de tan bárbaro periplo sería de 9 días en el mar y 1.500 euros escurriéndose de nuestro bolsillo.

Resultado total

Si añadiésemos a las horas de transporte nuestras alocadas carreras de una punta a otra de las ciudades, los tropezones en las escaleras de las estaciones, los tiempos de espera, el mínimo segundo que dedicaríamos a comprar un souvenir para la familia y el apretón inevitable que nos desbordaría en algún momento de la India, tardaríamos 72 días en dar la vuelta al mundo según las directrices que nos estipuló Julio Verne. Aunque siempre deberíamos tener en cuenta que cabe la posibilidad de que nos engulla una tormenta en el Pacífico, que un rufián nos hurte la cartera, que nos encontremos de bruces con los mormones o peor todavía, que nos veamos en la complicada situación de enfrentarnos en una lucha directa contra la mala suerte y nos metan en la cárcel de Liverpool. Puede que incluso nos enamoremos por el camino. Y todo ello por un “módico” precio que ronda los 12.000 euros, sin incluir los gastos extra que seguramente acabaríamos teniendo.

¿Cómo lo ves? ¿Te lanzarías en esta aventura única o preferirías coger un avión que agilice el proceso?