Escapada "deluxe"

Dubái: placeres de altura

Este emirato se ha convertido en la última tentación de los «influencers». Visitamos sus rincones más exclusivos: una «sky pool» a más de 200 metros de altura, un estrella Michelin bajo el mar y un tour «premium» por el desierto

Las vistas de Dubái desde el "Aura sky pool" dan buena cuenta de la grandiosidad del emirato
Las vistas de Dubái desde el "Aura sky pool" dan buena cuenta de la grandiosidad del emiratoLa Razón

La vida transcurre a un ritmo diferente desde las alturas y Dubái es el epítome de los placeres verticales. Así que, en este emirato, el deleite está asegurado. Una ciudad convertida en emporio del lujo en la que se conjugan la exquisitez, la sofisticación y la innovación haciendo de este enclave de los Emiratos Árabes Unidos el destino idóneo para aquellos que quieren saciar su apetito de experiencias únicas.

En menos de medio siglo, esta ciudad desértica en la que tan solo había nómadas y «cazadores» de perlas se ha convertido en el epicentro de la vanguardia arquitectónica y la opulencia gracias al tesoro en forma de petróleo que custodian bajo tierra. Eso sí, ahora sus ingresos por turismo superan al del oro líquido, que tan solo supone el 10% de su PIB.

Récord Guinness

Dubái encarna un desafío constante a los récord Guinness en cuyo libro cada día suman un nuevo hito. Tan solo en los seis primeros meses de este año, Dubái recibió 7,12 millones de turistas internacionales, lo que implica un aumento del 183% respecto al mismo periodo del año anterior y cómo dato sorprendente, tan solo el 15% de su población es local, el resto son extranjeros. Pero, ¿por qué se ha erigido como uno de los destinos fetiche de los viajeros e «influencers» que no dejan de publicar instantáneas de los rincones más exclusivos de esta perla del Golfo Pérsico?

Lo descubrimos a través de una ruta «deluxe» que comenzamos suspendidos a 200 metros de altura, desde una de las «sky pools» que causan sensación. Aura, como se llama este privilegiando «lounge», ofrece una de las mejores vistas que dan buena cuenta de la grandiosidad de la ciudad. A través de esta piscina de 360º puede divisar cada punto clave. Uno de ellos es La Marina, el pudiente residencial donde resulta fácil cruzarse con la élite luciendo los últimos modelos de Ferrari o Lamborghini.

Si tienen un día de poca calima, desde Aura podrán disfrutar de un «skyline» espectacular donde brilla por excelencia el mítico Burj Khalifa, el rascacielos más alto del mundo (828 metros) donde si quieren y su bolsillo lo permite pueden alojarse. Si no, suban directos al mirador propulsados por un ascensor que viaja a 10 metros por segundo. La presión en sus oídos dará buena cuenta de ello. Éste es uno de los lugares de encuentro favoritos por los turistas, al igual que el «mall» que tiene a sus pies, que ocupa 111 hectáreas de extensión y cuenta con más de 1.200 tiendas, con acuario incluido.

El restaurante Ossiano, ubicado en el mítico Hotel Atlantis, ofrece una experiencia única en la que se marida una carta de estrella Michelin con el placer de degustarla rodeado de fauna marina
El restaurante Ossiano, ubicado en el mítico Hotel Atlantis, ofrece una experiencia única en la que se marida una carta de estrella Michelin con el placer de degustarla rodeado de fauna marinaLa Razón

Aunque si lo que de verdad desean es vivir una experiencia subacuática, la opción perfecta es acudir al Hotel Atlantis y reservar mesa en el Restaurante Ossiano. Ubicado en «The Palm Jumeirah», una de las islas artificiales construidas sobre el mar que acogen las viviendas de las «celebrities» y los hoteles más sofisticados, este estrella Michelin ofrece no sólo una gastronomía marina de vanguardia, sino la sensación de estar degustando los placeres culinarios en el fondo oceánico ya que 65000 animales y 250 especies rodean al comensal. El multipremiado chef Grégoire Berger elabora allí obras de ingeniería gastronómica en la que marida sus experiencias vitales con el mejor producto del mar.

Y es que, si se trata de innovación y visión de futuro, Dubái se lleva la palma. De hecho, acaban de inaugurar lo que han denominado como Museo del Futuro, una experiencia inmersiva que traslada al visitante a 2071. Una asombrosa construcción que han tardado cinco años en ponerse en pie a través de 1.024 piezas de acero a modo de puzle sin pilares y de forma ovoide. Este edificio, revestido por una caligrafía árabe donde pueden leerse fragmentos poéticos como «El futuro pertenece a quienes pueden imaginarlo, diseñarlo y ejecutarlo. No es algo que esperas, sino que creas», se ha convertido en la nueva insignia del emirato. En su interior, diversas estancias interactivas recrean la que será la vida del futuro marcada por el avance de la ciencia y la tecnología.

Las opciones de alojamiento para seguir disfrutando de esta experiencia son muy variadas. Una de ellas es el mítico Burj Al Arab, conocido como «La vela», uno de los primeros hoteles de lujo (dicen que es el único siete estrellas del mundo) en aterrizar en Dubái. Aunque no vayan hospedarse en él, al menos hagan una visita para descubrir su majestuosidad a 300 metros sobre el suelo. Aquí han pernoctado gran parte de las celebridades foráneas como Justin Bieber, Karim Benzema, Bill Clinton o Roger Federer.

Eso sí, una noche en este hotel fetiche puede llegar a costar 4.000 euros en temporada alta. También hay alojamientos con sello español, como el Dukes The Palm, del grupo Barceló, con playa privada y una piscina en la planta 15 con vistas increíbles, u otro imprescindible como el One&Only, donde, aunque no se sea cliente, se pueden acceder (si quiere darse el gustazo) al Drift Beach Dubái, una zona de resort con piscina, jacuzzi y playa privada que pone la guinda de exclusividad a esta escapada.

El kebab del jeque

Otra visita obligada que ofrece un interesante contraste al visitante es la zona del Old Dubái, es decir, la ciudad vieja, o mejor dicho, lo que supuso el núcleo primigenio de los asentamientos poblacionales en el emirato. Es aquí donde se hallan la esencia y los aromas del pasado. No se pierdan los zocos, el de especias, textiles o el del oro, donde los destellos de las joyas se fusionan con los regateos de compraventa.

Incluso, hagan una parada en alguno de los restaurantes locales, como el Arabian Tea House y degusten los platos tradiciones como el manakish (una especie de pizza árabe) o el luqaimat (un rico postre a base de unas bolitas crujientes). El propio sheik (jeque) Mohammed bin Rashid Al Maktoum encarga sus kebab en Ustad, un local ubicado en este punto del emirato donde, además, se encuentra el Fuerte Al Fahidi, el edificio más antiguo de la ciudad aún en pie, que data de 1787. En su interior se encuentra el museo subterráneo de Dubái.

Resulta imprescindible visitar Rub al-Jali, el quinto desierto más grande del mundo, con 650.000 kilómetros cuadrados de superficie. Platinum Heritage, realiza experiencias sostenibles en este paraje inigualable
Resulta imprescindible visitar Rub al-Jali, el quinto desierto más grande del mundo, con 650.000 kilómetros cuadrados de superficie. Platinum Heritage, realiza experiencias sostenibles en este paraje inigualableLa Razón

Reserven también un día para visitar el desierto y disfrutar perdidos entre las dunas de un atardecer que deja sin aliento. Nos citamos con Mauricio, guía de Platinum Heritage, una compañía «premium» que realiza experiencias sostenibles en este paraje inigualable, para recorrer los puntos clave de Rub al-Jali, el quinto desierto más grande del mundo, con 650.000 kilómetros cuadrados de superficie.

«En esta reserva natural predominan los oryx árabes así como las gacelas de montaña, serpientes, escorpiones y el único depredador: el zorro rojo. Aunque a este último no es común verlo», explica.

Entre la práctica inexistencia de vegetación se abre paso el ghaf, el árbol nacional que crece en medio de la nada y que tiene más de 200 años de antigüedad con unas raíces de más de 60 metros de profundidad. Sin duda, un broche de oro para una fugaz escapada al templo de la suntuosidad en el que se ha convertido Dubái en menos de 50 años.