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La Ciudad de Vascos de Navalmoralejo, un tesoro arqueológico para sumergirse en la historia de España

Declarado Bien de Interés Cultural en 1931, este yacimiento es una oportunidad única de realizar un viaje al pasado de la región

Ciudad de Vascos Navalmoralejo
Panorámica de NavalmoralejoLa Razón

Existen muchas razones por las que visitar Navalmoralejo debe estar en la lista de prioridades de cualquier amante de la historia y la naturaleza. A pesar de tratarse del segundo pueblo más pequeño de Toledo en población (no en extensión), esta modesta comarca situada a 45 minutos de Talavera esconde uno de los mayores tesoros arqueológicos de nuestro país: el yacimiento Ciudad de Vascos, un paseo fascinante por la historia de la España.

Una ventana a la historia

Ubicado en el paraje denominado «Las Cucañas», a solo 6,8 kilómetros del casco urbano de la población, este yacimiento declarado Bien de Interés Cultural en 1931 es una ventana al pasado de la región. Los restos de la alcazaba, la muralla que envuelve la medina, las torres defensivas, dos cementerios (o necrópolis) y un arrabal, así como los enseres de cerámica, cobre o hierro y retazos de juegos musulmanes encontrados en los últimos 50 años suponen un espectacular testimonio de la vida que hubo en esta antigua ciudad de Al-Andalus.

Los arqueólogos que estudian este lugar no aciertan a concretar su origen, pero la versión que más se ajusta a la realidad apunta que Ciudad de Vascos estuvo habitada durante el periodo comprendido entre los siglos IX al XII y que fue un enclave relevante debido a su ubicación estratégica, cercana al río Huso, un afluente meridional del río Tajo, justo en la línea fronteriza entre cristianos y musulmanes, que dificultaba el acceso a los enemigos. Por otra parte, fue un centro metalúrgico importante que trabajaba el metal local y de los cercanos Montes de Toledo.

Yacimiento arqueológico de Ciudad de Vascos de Navalmoralejos
Yacimiento arqueológico de Ciudad de Vascos de NavalmoralejosLa Razón

El Centro de Interpretación, recientemente rehabilitado sobre las antiguas escuelas de Navalmoralejo, está inactivo, pero será inaugurado en breve para brindar a los visitantes la oportunidad de explorar la evolución de Ciudad de Vascos, así como contemplar algunos de los hallazgos más importantes y conocer el relato de la región y sus pueblos colindantes.

Otros dos lugares que han sido testigo de la historia y la cultura de Navalmoralejo son la Atalaya Musulmana, (una torre de vigilancia de la época medieval islámica con unas vistas espectaculares de los Montes de Toledo) y la Peña Fariza (una roca emblemática situada en las afueras del pueblo), que es utilizada a modo de «tobogán» por los visitantes.

Dolmen de Azután
Dolmen de AzutánLa Razón

No quedará en el olvido...

Los que hemos crecido en este pueblo siempre tenemos en la retina sus calles llenas de vida en verano y de tranquilidad en invierno; la alegría de ver cómo las nuevas generaciones juegan, ríen y corren por sus calles durante sus vacaciones. Estamos felices de saber que en Navalmoralejo sigue habiendo vida. No dejaremos que quede en el olvido. Siempre volveremos e inculcaremos a nuestros hijos el amor que nuestros abuelos y padres nos traspasaron a nosotros. Siempre estamos deseando volver aquí, a nuestras raíces, para reencontrarnos con su belleza.

Quienes crecimos pasando los veranos en Navalmoralejo podemos contar las historias que han ido pasando de generación en generación. Subir a la peña la Mora a cantar, descansar o darse el primer beso; pasear por la carretera y ver las estrellas sabiendo que, si un coche pasa por allí, será de un familiar o conocido que viene al pueblo, pues solo se transita para llegar hasta él; bajar a la Anguilucha para ver si ese año el agua corre más fuerte; subir al Camorro a coger espárragos o níscalos y, desde la cruz, contemplar el Cuco, inmenso, como solo lo vemos los cuqueños; planear una ruta por nuestra joya -la Ciudad de Vascoso por los pueblos cercanos (Azután, El Puente del Arzobismo y Oropesa, entre otros). Algo que tampoco te puedes perder son sus fiestas populares (las fiestas de la fraternidad), que se celebran la última semana de Julio. Aunque pequeñitas, los lugareños se engalanan para disfrutarlas a tope con los visitantes, que llegan con muchas ganas de pasarlo bien, de disfrutar al ritmos de las orquestas y, entre baile y baile, se unen en alegría todas las generaciones.

Y, por supuesto, el principal encanto del lugar: sus hospitalarias gentes. La Familia Brasero Cabello desde la primera generación, el señor Juan Brasero Cabello y su esposa Luisa Cabello Chico, es unas de tantas del pueblo que con ese sentimiento de amor a su tierra y sus raíces, de generación en generación, ha ido transmitiendo la belleza de un pueblo, para no dejar morir sus costumbres en una España vaciada. Esta es la historia de aquel que sigue luchando unido a mi familia para que las siguientes generaciones sigan viendo por mis ojos la belleza y el amor por este hermoso pueblo, mi pueblo.

Familia Brasero Cabello. Ciudad de Vascos de Navalmoralejos
Familia Brasero Cabello. Ciudad de Vascos de NavalmoralejosLa Razón