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Cuando se viaja con niños, las prioridades cambian. Para los que buscan sol y playa supone todo un reto encontrar hueco sin miedo a interrumpir el silencio de otros. Pero eso en la provincia de Huelva resulta sencillo, gracias a un litoral casi infinito de largas playas de fina arena dorada en las que hay espacio y opciones para todos. Y algo similar ocurre con los alojamientos, con hoteles especialmente diseñados para viajar en familia y sentirse como en casa. Bueno, siendo realistas, mucho mejor que en casa.
Descanso, excelente gastronomía local, deporte y diversión para todos en un paraje natural idílico son los ingredientes de la receta que propone el hotel Fuerte El Rompido para unas vacaciones inolvidables. Y lo consigue con matrícula de honor, pues este precioso alojamiento de cuatro estrellas domina una loma sobre el paraje natural de la desembocadura del Río Piedras, rodeado de naturaleza, y cuenta con todo lo necesario para cumplir con las expectativas de los más exigentes, incluso con precio cerrado gracias a su propuesta de régimen de todo incluido. Así no hay sustos al pagar la factura y la tranquilidad está garantizada durante toda la estancia, sin privarse de nada.
Muy cerca del Parque Nacional de Doñana y a apenas 400 metros de la aldea de El Rompido, si hay algo que convierte a Fuerte El Rompido en un hotel único es su ubicación, ya que se encuentra al lado de una espectacular playa virgen de 14 kilómetros de arena fina bañada por el Atlántico a la que se accede en barco. ¿No suena bien? Pues la experiencia resulta incluso mejor, ya que se trata de toda una aventura para los más pequeños de la casa.
Pero lo cierto es que no hay que irse muy lejos para lograr desconectar y disfrutar a partes iguales, ya que Fuerte El Rompido cuenta con todo lo necesario para cumplir con las expectativas de niños y adultos. De hecho, gracias a la propuesta de Todo Incluido Fuerte Splendid –válida hasta el 7 de septiembre– es posible saborear el sur, reconectar con lo esencial y dejarse cuidar, sin tener que preocuparse por posibles sobresaltos en la factura. Con desayuno, almuerzo y cena bufé, tentempiés a lo largo del día, y un servicio de bebidas que incluye primeras marcas y hasta un 30% de descuento en bebidas Premium (no incluidas), cada momento está pensado para el disfrute con un precio cerrado. Porque aquí, el único cálculo que importa es el de el tiempo bien invertido en familia y las risas soltadas.
Y no olvidemos porque hemos llegado hasta aquí: este paraíso es un oasis de diversión y eso se siente en sus cuatro piscinas, una exclusiva para niños con tobogán, una solo para adultos, otra muy amplia mixta y una interior climatizada. ¿Qué más se puede pedir?
La gastronomía ocupa un lugar prioritario en Fuerte El Rompido. Resulta sencillo chuparse los dedos cada vez que nos sentamos a la mesa del restaurante Dosfaros, ya que los productos de cercanía, frescos y variados, son los grandes protagonistas de su carta, entre los que destacan arroces, mariscos o las frituras de pescaíto, así como el exquisito jamón ibérico de la provincia de Huelva, convirtiéndose en un verdadero homenaje a la riqueza culinaria andaluza. El bufé del restaurante El Olivo tampoco defrauda, gracias a su amplia variedad de recetas tradicionales y opciones internacionales. Todo ello con la calidez de servicio que caracteriza a la cadena y una atención que se siente cercana y sincera en cada uno de sus empleados.
Pues hay más, sí. Se trata de Forti Camp, un «glamping» de lo más acogedor que es exclusivo para niños y adolescentes, invitándoles a disfrutar de una experiencia única que incluye un viaje en el tiempo hasta el siglo IX, cuando los vikingos llegaron a las costas de Huelva en busca de las riquezas del Califato de Córdoba.
Forti Camp no es solo una actividad; es una conexión con la naturaleza, una oportunidad de acampar al aire libre con sacos de dormir y crear recuerdos que durarán toda la vida. Situado en el interior del hotel, está formado por seis elegantes tiendas de campaña, y rodeado de bellos jardines. La actividad comienza a las 20:00 horas con una ruta guiada por un entorno natural de gran riqueza; seguida de una cena tipo picnic, a la luz de misteriosas lámparas; y de una velada mágica con dinámicas, juegos y relatos de leyendas alrededor de un «fuego» ficticio que despierta la imaginación. Y para los papás que quieran probar la experiencia hasta las 10 de la mañana del día siguiente también hay hueco, pues las tiendas, con aforo para cuatro personas, están equipadas con sacos y lámparas. Una razón más para hacer de este hotel el refugio perfecto para toda la familia y a donde desearán volver muy pronto.