Descubrimiento

Lo más desconocido de Miguel Ángel Buonarroti

Su escondite y la lista de la compra. Todo esto en Florencia.

Florencia está siempre vinculada a la figura de Miguel Ángel, pero su vida ofrece una vertiente menos conocida que también forma parte de su legado. Este recorrido propone mirar al artista desde su faceta más práctica y cotidiana.

El artista dejó varias señales sobre sus gustos gastronómicos y entre otras pistas hay un documento precioso: su lista de la compra.

La lista de la compra de Miguel Ángel Buonarroti (1518)
La lista de la compra de Miguel Ángel Buonarroti (1518)Cortesías Vetrina Toscana

Es un documento del año 1518 escrito en papel artesanal con la lista de los alimentos que deseaba conseguir para él y para sus asistentes. Este trozo de papel lo descubrieron cuando reorganizaron el “Archivo Buonarroti”(Casa Buonarroti) que ha sido reconocido por historiadores. Un escrito precioso y valiosísimo en donde se descubre otra parte del artista. Cada alimento está acompañado de un dibujo para que todos los que lo vieran lo entendieran. La fecha del documento es exactamente del 18 de Marzo de 1518, época de cuaresma, por lo que en la lista no incluyó carne. En la lista escrita y el dibujo de cada alimento aparecen: Panes dos (dos hogazas), una botella de vino (una jarra de vino), un arenque (un arenque),tortelli (tortelli) una salama (una ensalada), cuatro panini (cuatro panecillos), ocho huevos y un bodegón (un bodegón, un pastel), un pollo corpulento” (un pollo) pan (pan tostado), tortelli con espinacas (tortelli de espinacas), ajos (cuatro ajos), seis panes (seis hogazas) hinojo (dos menús de hinojo) bacalao (un bacalao redondo) un bodegón.

Los estudiosos opinan que parece una compra muy modesta pero para la época era de alguien con cierto poder adquisitivo. El dinero de Miguel Ángel provenía directamente del papa León X, hijo de Lorenzo el Magnífico, quien le había encargado la finalización de la fachada de la Basílica de San Lorenzo. Algunos historiadores atribuyen a Miguel Ángel la reputación de ser sobrio y frugal, aunque no exento de pequeños pecados de gula y alcohol. Según muchos, estas características le ayudaron a vivir hasta los 89 años, casi el doble de la esperanza de vida media de la época.

Su estancia secreta

El acceso a la estancia secreta de Miguel Ángel
El acceso a la estancia secreta de Miguel ÁngelImagen Alicia Romay

Seguir las huellas de Miguel Ángel es fascinante y, así como lo es conocer sus gustos culinarios, lo es también el descubrir que tuvo una “Estancia Secreta”. Los años de 1519 al 1534 fue una época muy importante para Florencia porque pasó de ser República a ser Ducado. El primer Duque fue designado en el año 1530 (Alessandro “Il Moro”). Fue un periodo plagado de conflictos y fue muy violento ya que la República fue asediada por el ejército imperial que estaba bajo las órdenes del papa Medici.

¿Qué fue lo que hizo Miguel Ángel en ese periodo siendo ciudadano de Florencia y siendo abiertamente republicano?

Vasari escribe que Michelangelo: “Si nascose in certi luoghi segreti del palazzo di San Lorenzo, dove nessuno potesse trovarlo”(Se escondió en ciertos lugares secretos del palacio de San Lorenzo, donde nadie pudiera encontrarlo). Tras pasar un tiempo escondido, finalmente fue perdonado. El Papa Clemente VII necesitaba que terminara obras importantes, como: la Sagrestia Nuova (Medici) y no dudó en pedírselas al gran Miguel Ángel. Pues justo allí en el mismo espacio de la Sacristía Nueva en donde tenía que trabajar, Miguel Ángel al parecer encontró su refugio.

Así lo descubrieron

En 1975, durante unas obras de mantenimiento en las Capillas Mediceas, el superintendente Paolo Dal Poggetto pidió revisar los sótanos de la Sacristía Nueva. Buscaba una salida alternativa para los visitantes. Un restaurador, al mover un viejo armario arrimado a la pared, descubrió una trampilla oculta bajo capas de yeso. Cuando la abrieron, apareció una estancia subterránea olvidada desde hacía más de cuatro siglos. Al iluminar las paredes, el polvo se convirtió en líneas. Allí, en el silencio mineral de aquella cripta, surgieron estudios anatómicos, torsos, piernas, perfiles… dibujos trazados en carbón.

Dal Poggetto pensó que aquel espacio había sido, muy probablemente, el refugio secreto donde el artista se ocultó en 1530, temiendo la venganza de los Medici y Miguel Ángel, durante su estancia allí en el zulo, había seguido dibujando en las paredes preparando lo que después realizó en la Sacristía Nueva. Lo que empezó como un trabajo rutinario de esa parte de la Basílica acabó revelando uno de los espacios más íntimos y misteriosos de Miguel Ángel: la habitación secreta donde sobrevivió el genio. En la que fue la iglesia de la familia Médici también sirvió como un “laboratorio” del Renacimiento. La Basílica de San Lorenzo es una de las iglesias más antiguas de Florencia. En el siglo XV, Cosme el Viejo de Médici encargó su reconstrucción a Filippo Brunelleschi, pionero del Renacimiento.

El sitio del vino de Miguel Ángel en Florencia

En 18 de junio de 1549, Miguel Ángel Buonarroti adquirió legalmente (con escritura notarial) la finca llamada “Podere Casanova” (junto con la propiedad “Tenuta La Torre”) —tal como existe hoy. Los propietarios de la Trattoria Antico Fattore ligados hace siglos a los vinos de Miguel Ángel, explican delante de unas botellas de vino cual era el nombre de la bodega que compró el artista: “Antico Podere Casanova era una finca agrícola situada en las colinas del Chianti, en la zona de Castellina in Chianti, entre Florencia y Siena. Miguel Ángel la compró en 1549, junto con la propiedad más amplia de la “Tenuta La Torre”.

La trattoria L’Antico Fattore, que en octubre ha cumplido 160 años de actividad, ha realizado un menú inspirado en esta lista histórica.

Menú inspirado en la época de Miguel Ángel en Florencia
Menú inspirado en la época de Miguel Ángel en FlorenciaImagen Alicia Romay

Este restaurante tan florentino en donde se come lo puramente culinario de la región y que está a un paso de la Piazza della Signoria, es uno de los asociados al proyecto “Vetrina Toscana”que desde hace 25 años promueve el turismo enogastronómico. Cada casa perteneciente a este movimiento hace un recorrido por este territorio a través de su comida y del vino. Están asociados restaurantes, bodegas, cantinas...

La oferta gastronómica en esta parte de Italia es inmensa pero aquí os dejo una selección de sitios que forman parte de esta red y que están en Florencia:

Il Vezzo: Está situada en el centro de Florencia, a pocos pasos del mercado central y ofrece una "tercera vía" entre la trattoria y la alta cocina: una cocina toscana creativa y de temporada, con platos que mezclan tradición, pescado, carne y opciones vegetarianas.

Antico Ristoro di' Cambi: Trattoria histórica en el barrio de San Fredano, en el corazón de Florencia. Ambiente auténtico, típica cocina casera toscana, con caza y carne a la parrilla.

Tecum Cucina di Quartiere: Un restaurante de "barrio" en Florencia, en la zona de San Jacopino, con un fuerte espíritu social: además de la comida, ofrece eventos culturales ("convivencia y compartir") para estimular el sentido de comunidad. Cocina sencilla pero bien cuidada: auténtica, de temporada y platos locales. También se presta gran atención a la sostenibilidad ambiental y a la lucha contra los residuos.

Ora d'aria: Es un restaurante de cocina toscana contemporánea y refinada, cerca de los Uffizi. Versiones contemporáneas de clásicos toscanos que realzan las materias primas y la memoria familiar de forma elegante.

Osteria il magazzino: Situada en la Piazza della Passera, a pocos pasos del Palazzo Pitti, es una calla histórica de Florencia, ideal para quienes buscan una cocina popular pero bien cuidada. La propuesta gira en torno al "quinto trimestre": siempre fieles a la tradición.

Y ya que se visita “la ciudad de Miguel Ángel” no hay que dejar de ir a la Basílica de Santa Cruz en donde está su tumba y posteriormente, se recomienda visitar la Casa Buonarroti en la via Ghibellina, es el espacio más íntimo ligado a Miguel Ángel en Florencia. No fue su hogar directo, pero su familia la convirtió en una especie de santuario con documentos, objetos y obras juveniles del artista. Es un museo pequeño, menos turístico, donde se descubre al Miguel Ángel más humano y a la familia que se ocupó de mantener viva su memoria durante siglos.