La mejor película de 'Star Trek' solucionó un importante problema de la franquicia

La mejor película de Star Trek también fue la que consiguió corregir el rumbo de la franquicia de ciencia ficción tras ciertos años de confusión. Estrenada por primera vez en 1966, la franquicia se ambienta en una nave espacial que explora la galaxia por una misión de descubrimiento. La realidad es que Star Trek se convirtió en un fenómeno total, pese a ser cancelada tras tres temporadas en 1969.

Eso no evitó que la franquicia consiguiese acumular un enorme número de seguidores durante la década de 1970. Esa fue una de las razones que explica el regreso del equipo original a la película que llegó en 1979. Lo cierto es que Kirk, Spock, McCoy y el resto de la tripulación del Enterprise aparecerían en hasta seis películas entre 1979 y 1991.

El renacer de una franquicia legendaria

La franquicia cinematográfica de Star Trek fue lo suficientemente popular como para inspirar otra serie de televisión en 1987. A partir de ese momento, Star Trek dominaría la televisión durante la década de 1990. Además de reunir a los seguidores con la querida tripulación del Enterprise una vez más, las películas de Star Trek también ayudaron a precisar detalles cruciales sobre este universo ficticio que mejoraba constantemente lo que se venía haciendo en el pasado.

Y es que la cronología de Star Trek era bastante ambigua antes del estreno de Star Trek II. La película fue esencial para sugerir más pistas que confirmaban que la acción se desarrollaba en el siglo XXIII. Esa fue la primera vez que la franquicia reconoció realmente cuándo transcurre la historia, aunque pasaría un tiempo antes de que se establecieran años más concretos.

Es cierto que la serie de televisión original ofrecía algunas pistas, pero a menudo era inconsistente con su cronología. Aunque no importó mucho cuándo transcurrió la serie original deStar Trek, uno de los temas principales que se abordaron en Star Trek II fue el envejecimiento de los personajes. Lo lógico era establecer una línea de tiempo precisa que determinase cuánto habían envejecido los personajes. Por eso, la extrema ambigüedad de los episodios clásicos fue algo que no terminó de encajar.