Congreso de los Diputados
Muere Landelino Lavilla, presidente del Congreso el 23-F y figura clave de la Transición
Ex ministro de Justicia con Adolfo Suárez, ha fallecido a los 85 años tras una larga enfermedad
Landelino Lavilla, figura clave durante la Transición, ha muerto hoy a los 85 años por causas naturales tras una larga enfermedad. Era el presidente del Congreso cuando se produjo el golpe de Estado del 23-F y fue ministro de Justicia en el Gobierno de Adolfo Suárez. En la actualidad era miembro del Consejo de Estado.
Nacido en Lérida en agosto de 1934, Lavilla estudió en Zaragoza, pero se licenció en Derecho en Madrid. Fue miembro del cuerpo de letrados del Tribunal de Cuentas y, después, del Consejo de Estado, y formó parte del “Grupo Tácito”, clave en el impulso de la Transición democrática.
Diputado de la primera y segunda legislatura en la Cámara Baja, además de ministro de UCD entre 1976 y 1979, presidió el Congreso de los Diputados entre marzo de 1979 y agosto de 1982. Presidente de honor de la Real Academia Jurisprudencia y Legislación, formó parte igualmente de la de Ciencias Morales y Políticas. Fue, también, senador por designación real y, sobre todo, uno de los hombres determinantes en el desarrollo de la reforma política que permitió las primeras elecciones democráticas en España en junio de 1977.
En su libro “Una historia para compartir. Al cambio por la reforma” (Galaxia Gutenberg, 2017), el ex ministro hace un repaso por los años claves de la Transición. En esa obra, confiesa que se encontraba “expectante” ante lo que consideraba “la reaparición de rencores e irresponsabilidades en quienes, con desparpajo y sin fundamento reflexivo o con extemporáneos sentimientos vindicativos, parecen decididos a recorrer otra vez sendas de cuyo final guardamos una amarga memoria”.
El Español tuvo la oportunidad de hablar este pasado jueves con él. En esa conversación, Lavilla hizo referencia a los Pactos de Moncloa ansiados por Pedro Sánchez, para cuyo éxito aconsejó "soltar y retener, soltar y retener”. Con esa estrategia, los dirigentes de su época consiguieron el consenso de los Pactos de 1977.
“Entendimiento y concordia”
En una entrevista en La Razón en febrero de 2017, Landelino Lavilla recordaba a nuestro compañero Julián Herrero el momento en que los representantes de todos los partidos ya habían vuelto al Congreso del exilio: “La idea del consenso llega con el proceso constituyente: entre el 8 de julio de 1976 y el 15 de junio de 1977, el día que se celebraron las primeras elecciones. Surgió una corriente de concordia para fijar las bases de la vida política española. Hubo una reacción de responsabilidad”.
Lavilla advertía igualmente del peligro de deshacer el sistema constitucional, que según el mismo aseguraba, pasaba “por un periodo delicado”. “Se ven ciertos riesgos, en los que habría que esperar una reacción en busca del entendimiento y la concordia, de destrozar las bases de convivencia ya establecidas”, defendía.
“Comparando mi época con la actual, en aquella, pese al momento delicado, hubo una movilización para elaborar una conciencia social que nos condujera a resolver el problema -recordaba-. No fue hasta pasados unos años cuando eso se empieza a torcer con determinados ramalazos que incitan a deshacer lo caminado. La sensación que me queda tras la experiencia vivida es de pena al ver que no hay una voluntad de entendimiento y de armonización”.
El veterano político se resistía a señalar posibles soluciones a los problemas de la actual vida política que -según confesaba- le preocupaba, pero ya no le ocupaba. Le tocó vivir la Transición desde dentro, al lado de Suárez. Tanto como para custodiar diariamente los papeles que ayudarían a reconciliar a un país partido en dos.
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