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Covid-19

Comuniones retrasadas que dejan en la incertidumbre a los fotógrafos

Los fotógrafos afirman que al no ser un producto de primera necesidad las familias se lo piensan más

Aunque ya en los primeros compases de la desescalada en marcha, el mes de mayo -en el que tradicionalmente se celebran la mayoría de primeras comuniones- se ha quedado huérfano de las celebraciones de este sacramento católico, retrasadas a otras fechas, algo que también ha provocado la incertidumbre para los fotógrafos.

Cuando la normalidad regresa poco a poco, Efe ha podido compartir la sesión fotográfica de la pequeña hija de Liliana Aparicio, una vecina de la provincia almeriense, en las instalaciones de 'Foto Luque' en la ciudad de Almería, un estudio de fotografía que, como otros, se ha visto abocado a una severa reestructuración de su agenda.

"Ha sido un desastre. En plena campaña de comuniones pasamos a cero. El comienzo de la actividad ha sido desastroso. La gente no se fiaba de volver a hacer fotos a sus niños. Se ha retrasado todo. Hemos pasado dos meses a cero, se empezó otra vez a cero, hasta que las fotos de carné y otras cosas así han vuelto a funcionar, pero todavía está el sector muy, muy parado", afirma en declaraciones a Efe Vicente Luque, fotógrafo y gerente del estudio.

Asegura también que el "momento post pandemia" ha sido "muy lioso" porque ha sido preciso reestructurar todas las citas de las comuniones, sin posibilidad de concretar nada hasta que las familias han tenido conocimiento de la nueva fecha de esta celebración. "Ha sido mucho trabajo por teléfono y mucho coordinar con las familias", insiste.

Con todo, lamenta que "no todo el mundo sabe si va a hacer las comuniones o no, porque hay gente que se ha echado para atrás porque no se fían". "Ahora también se están solapando fechas, es muy complicado volver a poner todo en marcha", añade.

A pesar de ello, en su negocio ya se han activado las oportunas medidas para protegerse contra la COVID-19. Por ejemplo, nadie puede pasar sin mascarillas y guantes -esto último porque "suelen tocar cosas que hay que limpiar"-, y se han marcado las distancias de seguridad en el suelo, debiendo aguardar en la calle antes de entrar.

No puede haber más de dos personas a la vez en el local y los trabajadores del mismo deben llevar también guantes y mascarillas. No falta tampoco el ya imprescindible gel. "Intentamos que el cliente se sienta a salvo y nosotros también", dice Luque, quien subraya la "incertidumbre grande" de su sector. "Es un producto que no es de primera necesidad, se lo piensan más", asevera.

Pero estos cambios no sólo afectan a los profesionales, sino también a las propias familias de los niños, como atestigua Liliana Aparicio, quien mantiene que la suspensión de la comunión de su hija ha sido "emocionalmente muy mala". "Tenías ya la ilusión y por la pandemia (...) a todos nos ha volcado la vida", sostiene.

"Poco a poco tenemos que seguir, según nos van diciendo la fecha de las comuniones de los niños, irnos preparando como sea lo mejor posible", afirma. En su caso, ha pasado del 9 de mayo al 10 de octubre. La sesión fotográfica la tenía para el 20 de marzo, "los días en los que empezaron todos los cambios", pero ahora no quería esperar más y "tenerlo ya hecho".

Una situación que ha afectado en diferentes ámbitos, por ejemplo en la suspensión del banquete. “Me he quedado con invitaciones hechas (...) prácticamente ya las tengo perdidas”. Aún así, espera que la situación vaya mejoran y que "se puedan hacer las cosas de la mejor manera para que la familia pueda reunirse en “este momento tan especial”.

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