
Sanidad pública
Hasta 5 años de espera para las mujeres trans que quieren operarse para feminizar su voz
El Hospital Clínic de Barcelona es el único de la sanidad pública catalana que lleva a cabo la glotoplastia y tan solo puede intervenir a 20 pacientes al año

Hace apenas 4 meses, Silvia Pérez ha podido concluir su tránsito a mujer tras someterse a la feminización de su voz, algo para lo que ha tenido que esperar cerca de cinco años, después de que a principios de 2018 acudiera a la Unidad de Tránsito para entrar en la lista de espera.
"Quería que mi imagen y mi expresión de género coincidieran con mi identidad", señala Silvia, quien al respecto destaca que "la voz no es un mero tema estético, sino que es algo identitario". "En el trabajo, hablaba mucho por teléfono con gente desconocida y era muy fácil que, por mi voz, pensaran que era un hombre", recuerda
Así las cosas, cuando cuatro meses después de haberse sometido a una vaginoplastia, la convocaron para iniciar el proceso de feminización de su voz, Silvia no lo dudó y acudió a su cita en el Hospital Clínic, único centro de la sanidad pública catalana que a día de hoy realiza la glotoplastia, el procedimiento quirúrgico para mujeres transexuales, que entró en la cartera de servicios del CatSalut en octubre de 2017, aunque el programa no se desplegó como tal hasta 2019.
Tal y como explica la doctora Mónica Egea, logopeda del Instituto Clínico de Especialidades Médicas y Quirúrgicas, "la primera visita es con un otorrino y un logopeda y realizamos una videoescopia de las cuerdas vocales del paciente y un registro de su voz". Tras ese primer contacto, existen dos vías a través de las cuales abordar la feminización de la voz, siempre en función de la voluntad del paciente.
Así, por un lado, existe la posibilidad de llevar a cabo únicamente logopedia con el objetivo de incrementar la frecuencia de la voz para que ésta resulte más aguda y trabajar los resonadores, de manera que se consigue una voz más femenina. Asimismo, en estas sesiones se pone el foco también en otros aspectos como la flexibilidad de la faringe, la cadencia, el ritmo y la suavidad de la voz. Pero si la paciente no está satisfecha con el resultado, puede entonces recurrir a la cirugía, tras la cual será necesario llevar a cabo sesiones de logopedia para consolidar los resultados, reducir el daño vocal después e intentar ajustar expectativas.
Al respecto, la doctora Isabel Vilaseca, otorrinolaringolo y jefa del Área Quirúrgica del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Clínic, explica que "mientras que la frecuencia fundamental, que es el número de veces que la mucosa de las cuerdas vocales vibra por segundo, del hombre se sitúa entre los 90 y los 150 Hz, es decir entre 90 y 150 vibraciones por segundo, la de la mujer es de 190 a 250 Hz, es decir que es más vibrante".
En el caso de las mujeres que transitan a hombre, el tratamiento hormonal ya tiene un impacto sobre la voz que la mayoría ya considera suficiente o adecuado, pero cuando el tránsito es a mujer, se administran estrógenos, para los que la laringe no tiene un receptor, de manera que no se producen cambios en la voz y es por ello que son principalmente las mujeres trans quienes recurren a este procedimiento para alinear su voz con su identidad.

En cuanto a la cirugía, ésta consta en realidad de dos intervenciones. Por un lado, se somete a las pacientes a una glotoplastia de Wendler, en la que se reduce parte de las cuerdas vocales, acortándolas para que así se tensen y vibren más, y la laringe se hace más pequeña, aumentando así el tono en 40 o 50 Hz, y por el otro, se llevan a cabo cortes al lado de las cuerdas para dar aún más tensión.
Se trata de una intervención mínimamente invasiva y que no deja cicatrices ya que se lleva a cabo a través de la boca, la cual tan solo requiere de unas horas de ingreso hospitalario, pero exige un reposo vocal absoluto durante los 10 días posteriores a la cirugía, así como no fumar y llevar a cabo rehabilitación logopédica postoperatorio durante entre uno y tres meses más para recuperar la voz, la elasticidad de la faringe, superar la disfonía y garantizar una buena recuperación de la voz.
Pero, a juzgar por el grado de satisfacción de las pacientes, el procedimiento de feminización de la voz tiene muy buenos resultados, tanto si se trata solo de logopedia como si ésta se combina con cirugía.
"Con una frecuencia fundamental de 180 Hz o más, para muchas mujeres trans la logopedia es suficiente; el 80% de las pacientes están muy satisfechas con el resultado y otro tanto por ciento dice haber mejorado su autopercepción vocal y haber disminuido su ansiedad a la hora de hablar en público o por teléfono", indica la doctora Vilaseca. Eso sí, en las pacientes jóvenes, la evolución suele ser más rápida puesto que sus tejidos tienen una mayor capacidad de adaptación a los cambios.
Prueba de ello es la satisfacción que siente ahora Silvia tras haberse sometido al procedimiento completo, con cirugía incluida. "Ahora tengo la voz que debería haber tenido desde el principio. Nos es que me hayan dado una nueva voz, es que es mi voz, que la naturaleza me quitó", asegura para a continuación recordar que su objetivo no era que "tener una buena voz, sino que ésta fuera femenina y no se confundiera con la de un hombre".
Y como Silvia, son ya más de un centenar de pacientes las que se han sometido a la cirugía para lograr una voz acorde a su identidad, aunque el número de pacientes tratadas únicamente con logopedia es mayor. Y es que es programa de glotoplastia está limitado a 20 pacientes al año, de manera que existe una importante lista de espera. "Ahora estamos operando a gente que pidió ser intervenida en 2019", señala Vilaseca, quien, además, recuerda que "hay necesidades históricas no cubiertas"
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