Internacional
La lucha de los indígenas para proteger la Amazonia: aprenden a ser bomberos
Ante el desafío de patrullar ocho países y siete millones de kilómetros cuadrados, la UNESCO ha liderado la capacitación de casi 500 voluntarios para enfrentar la deforestación y los incendios
El Amazonas, un inmenso ecosistema que abarca ocho países y siete millones de kilómetros cuadrados, enfrenta un desafío monumental en su protección contra incendios forestales. Ante la imposibilidad de que las tradicionales brigadas de bomberos patrullen su vasta extensión, ha surgido una respuesta colaborativa en forma de brigadas de voluntarios dispuestos a defender este vital pulmón del planeta.
Tras la desolación dejada por los incendios que destruyeron más de 47 millones de hectáreas de la selva amazónica en 2019, la UNESCO implementó un programa para identificar y abordar las causas principales de la deforestación en la región. Las prácticas de "tala y quema", utilizadas tanto por la agricultura industrial como por pequeños agricultores, han demostrado que los "incendios controlados" pueden rápidamente escapar de control. En respuesta a este desafío, la agencia de la ONU capacitó a cerca de 500 bomberos voluntarios y les suministró el equipo necesario para combatir este problema.
Los resultados de esta iniciativa han sido transformadores, según afirma la UNESCO.
"Este curso que llegó a nosotros, impartido por la UNESCO, no puedes imaginar lo gratificante que fue. No puedes imaginar la alegría que nos brindó a cada uno de nosotros", expresó. Además, agregó que ahora cuentan con un par de bomberos listos para intervenir en caso de incendios provocados.
Las sesiones de formación, coordinadas en el terreno por la ONG Fundación Vittoria Amazonica, tienen una duración de una semana. Las comunidades se seleccionan con la ayuda de datos satelitales y mapas térmicos, identificando las áreas con mayor incidencia de incendios.
Los voluntarios no solo adquieren técnicas profesionales de extinción de incendios y primeros auxilios, sino que también aprenden a crear cortafuegos efectivos y a detectar cuándo una quema controlada podría convertirse en un peligro incontrolable.
Este esfuerzo se ha extendido a cuatro de las áreas protegidas internacionalmente designadas por la UNESCO, conocidas como reservas de la biosfera, en Brasil, Perú y Bolivia. La agencia de la ONU resalta la importancia vital de estos bomberos voluntarios a medida que la selva tropical se vuelve más seca y vulnerable a incendios forestales catastróficos.
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