Misterio

Países Bajos se enfrenta a los drovnis

Varios drones no identificados obligaron a cerrar temporalmente el espacio aéreo del aeropuerto de Eindhoven el pasado 22 de noviembre

Bandera de Países Bajos
Bandera de Países Bajos Pixabay

Países Bajos ha entrado en alerta máxima. La noche del sábado 22 de noviembre de 2025, varios drones no identificados obligaron a cerrar temporalmente el espacio aéreo del aeropuerto de Eindhoven. Poco después, se produjo un incidente similar en la base aérea militar de Volkel, donde las fuerzas neerlandesas abrieron fuego sin conseguir derribar ninguno.

Según el Ministerio de Defensa holandés, los drones fueron detectados entre las 19:00 y las 21:00 sobre Volkel. Unidades en tierra dispararon contra ellos, tal como informó la prensa local e internacional. No dejaron restos, no mostraron daños y se marcharon volando como si nada.

Al día siguiente, Eindhoven —aeropuerto civil y también militar— interrumpió todas sus operaciones durante horas. El ministro de Defensa, Ruben Brekelmans, se limitó a confirmar que “se tomaron medidas” para alejarlos, sin aclarar si se intentó desactivarlos o rastrear su origen. Hasta ahora, los sistemas antidrones desplegados no han logrado interceptar ninguno. La investigación sigue abierta, pero las piezas no acaban de encajar.

El patrón europeo, no un caso aislado

Lo ocurrido en Países Bajos no es nuevo ni excepcional. En los últimos meses se han producido incursiones similares en aeropuertos y bases militares de toda Europa: en Dinamarca, sobre instalaciones civiles y militares; en Noruega, Alemania, Bélgica y otros países donde los avistamientos se acumulan y dibujan una tendencia inquietante.

Algunos analistas interpretan estos episodios como posibles actos de “guerra híbrida” por parte de Rusia: presión estratégica sin llegar a una guerra abierta. Pero surge una duda obvia: si Moscú tiene drones tan avanzados, ¿por qué no utilizarlos abiertamente en Ucrania? ¿Tiene sentido ocultar una supuesta ventaja tecnológica mientras se libra un conflicto que se cobra vidas a diario?

Esto abre otra hipótesis: ¿podría tratarse de una operación de falsa bandera para justificar nuevas respuestas políticas o militares contra Rusia?

Y queda un tercer escenario, más desconcertante: que no estemos ante una maniobra geopolítica, sino frente a algo que no encaja con la tecnología conocida. ¿Espionaje… u otra clase de fenómeno? ¿Los ovnis de toda la vida?

No se han producido detenciones ni se ha logrado interceptar ningún drovni
No se han producido detenciones ni se ha logrado interceptar ningún drovniEspacio Misterio

Ecos del pasado

Tampoco es un problema exclusivamente europeo. A finales de 2024, el Reino Unido vivió una oleada de avistamientos sobre bases de la RAF en Suffolk y Norfolk, muchas de ellas utilizadas por fuerzas estadounidenses. Nunca se determinó su origen.

Poco después, estalló el caso de Nueva Jersey, en Estados Unidos: cientos de “drones”, algunos tan grandes como un coche, con luces que se apagaban y maniobras muy poco convencionales. FBI y Seguridad Nacional investigaron, pero concluyeron que muchos objetos podían ser helicópteros, aviones o incluso estrellas… sin ofrecer una explicación clara para todos los incidentes.

La Casa Blanca llegó a asegurar que se trataba de operaciones autorizadas por la FAA, pero numerosos avistamientos quedaron sin resolver, incluidos los ocurridos sobre bases estadounidenses en territorio británico.

Uno de los informes más desconcertantes apuntaba a aeronaves que actuaban como “naves nodriza”, capaces de lanzar drones más pequeños: una tecnología que ya han probado algunas potencias militares.

Documentos obtenidos por el Daily Mail mediante la Ley de Libertad de Información de Reino Unido describen un incidente ocurrido el 22 de noviembre de 2024: un helicóptero EC135 del NPAS tuvo que realizar una maniobra evasiva de emergencia cuando dos objetos no identificados se dirigían directamente hacia él. Los pilotos reportaron una caída brusca para evitar la colisión mientras los objetos igualaban su velocidad —unos 165 nudos— durante varios minutos antes de desaparecer.

¿Ovnis o “drovnis”?

Todo esto lleva a una pregunta que divide a analistas de seguridad y a la comunidad ufológica: ¿estamos ante UAPs o simplemente drones muy avanzados y difíciles de atribuir? ¿Qué son realmente?

En Países Bajos, la ausencia de restos, la imposibilidad de rastrear rutas y el silencio oficial solo añaden más incertidumbre.

Mientras Europa intenta digerir lo ocurrido en Eindhoven y Volkel, la idea de un programa encubierto de alta tecnología —no necesariamente ruso, ni necesariamente convencional— está ganando fuerza.

Puede que estemos entrando en una nueva etapa: una era en la que los cielos restrictos ya no son seguros, en la que los radares clásicos y los sistemas antidrones se quedan cortos. Si no puedes identificar quién pilota, de dónde vienen o qué buscan, te enfrentas a un enigma.

Y en medio de esa incertidumbre aparece la pregunta más inquietante de todas: ¿Qué ocurre si no son drones… sino algo que aún no entendemos?